Conociendo al equipo Telefónica
Nos colamos entre bambalinas para seguir descubriendo los entresijos de un equipo de Vuelta al Mundo, un enjambre de departamentos en los que cada pieza es fundamental. Hoy es el turno de Laura Liñán, una madrileña en un equipo de vela oceánica, un lugar en el que, muy sinceramente, reconoce nunca pensó que acabaría.
Como todos, Laura no para. Ni siquiera entre etapas, cuando su trabajo continúa en la oficina de Madrid. En las paradas, no es raro verla salir corriendo de la base para coger el coche e ir a comprar lo último que han pedido desde el departamento "x". Pero antes ha preparado todos los formularios para los invitados que van a navegar en la ProAm y en la regata costera, cosa que ha hecho justo después de organizar la recogida de todos los ítems que los tripus han usado a bordo durante la etapa y que son susceptibles de pasar por la lavandería. Cuando regrese a la base irá a la reunión con la organización y los restantes equipos para conocer todos los detalles y horarios que marcarán el desarrollo de la jornada el día de las regatas ProAm e InPort. Es muy importante que todos tengan claro cada uno de los puntos claves de esos días para que nada falle.
Su labor dentro del Team Telefónica se mueve por tanto en dos direcciones. Por un lado, es el apoyo de Jorge Blanco en el departamento de compras, por lo que la prospección del terreno en cada país al que llega es el primer punto de la lista a tachar: "Cuando llego a cada parada estoy un poco a ver qué se cuece en el ambiente, ver cómo va todo en la base y cómo es la vida en el país en cuestión: ver la ciudad y por dónde me puedo mover para comprar cosas. Lo principal es la comida de la base, que tenga de todo, y luego cualquier cosa que cualquiera del equipo pueda necesitar". Por otro, las relaciones con patrocinadores e invitados a la regata ProAm y costera.
Sus días D: la ProAm y la costera
Si preguntas a cualquiera acerca de cuál es el Día D de las paradas, la mayoría probablemente te responderá el día de la salida de cada puerto. Para Laura es espcialmente el día de las regatas ProAm: el día en que invitados de organización, patrocinadores y equipos pueden vivir en primera persona cómo es una regata en un barco como el "Telefónica". Hasta 24 personas (tripulación aparte), en diferentes turnos, pueden llegar a subirse en las tres regatas que se organizan normalmente en cada puerto y Laura es la encargada de coordinar y llevar a cabo absolutamente todos los pasos, burocracias y necesidades relacionadas con los invitados de ese día, que no significa que eso se haga únicamente ese día sino que hay un trabajo previo detrás.
"Se juntan los invitados de nuestros patrocinadores con los que vienen de parte de Volvo Ocean Race. Tengo que encargarme de que cuando llegue todo el mundo al punto de encuentro tengan sus pulseras identificativas, hayan firmado los documentos de exención de responsabilidad, tengan la tarjeta con el número de regata en el que cada uno de ellos va a bordo… Hay que prestar atención también en que vayan correctamente uniformados y previamente suelo pedir las tallas para no perder tiempo el día de la regata. Es importante también que tengan trajes de agua y los chalecos salvavidas", explica.
"En cada una de las regatas -son tres- tengo que estar pendiente de cuándo la neumática del equipo sale con un grupo, vuelve con otro y estar allí. Mientras un grupo está a bordo tengo que estar con los restantes para evitar que se sientan perdidos. Intento siempre andar por ahí para que, si a alguno le surge alguna duda, vea mi cara y sepa que me puede preguntar. Es una poco una labor de relaciones públicas".
Y a veces también es cuestión de paciencia: "Al principio es un poco locura porque llegan todos los invitados de golpe al punto de encuentro, ven el lugar donde pone Team Telefónica, saben que tienen que ir ahí y claro la mayoría tienen preguntas que suelen hacer a la vez y son las mismas, por lo que es un poco locura. Pero intento concienciarme de que va a ser así e intento tomármelo con calma. Pero no tengo problema, siempre voy con una sonrisa porque al final soy la imagen del equipo en ese momento".
Al día siguiente, en la regata costera, también hay invitados que atender aunque los números se reducen bastante: son tres personas en esta ocasión las que van a bordo pero el proceso de preparación y organización es el mismo.
Cuando la ProAm y la costera finalizan toca hacer recuento de todas las cosas y recoger todo de forma que quede organizado de cara a la siguiente parada. Y vuelta a intercalar todo con las compras y las diferencias culturales: "Siempre me he encontrado que en general la gente es muy simpática conmigo y siempre me ha ayudado mucho. El choque cultural es a veces muy importante pero incluso en Abu Dabi por ejemplo, que con las mujeres podían ser un poco más serios, me he encontrado que la gente al final a lo que responde es a la sonrisa, a la manera en la que tú te dirijas. Con respeto y con maneras agradables al final te entiendes igual un árabe que una africana".
Flexibilidad y capacidad de adaptación: requisitos indispensables
¿Qué características debe cumplir una persona que desempeña este trabajo? Laura lo tiene claro: "Ante todo, tiene que ser muy flexible, porque en cualquier momento los planes pueden cambiar y tienes que tener mucha capacidad de adaptación. Yo me he encontrado en muchas situaciones en las que de repente los planes te cambian de un minuto a otro", comenta.
"Recuerdo un día que estaba en la oficina de Madrid en mi hora para comer con mi compañero Edu, suena el teléfono y lo cojo yo. 'Hola Laura, veo que estás en la oficina'. 'Sí'. 'Bueno, pues necesito que te vayas a casa de Pedro y ahí va a estar Iker que te va a dar el trofeo de la Volvo y te lo traes a Alicante'. Yo dije: '¿es una broma?'. 'No'. '¿Hoy?'. 'Sí, ahora'. '¿Que me vaya ahora mismo a Alicante?'. 'Sí'. Cogí mi coche, hice 400 kilómetros y volví a Madrid. Cosas así pueden pasar. Necesitas flexibilidad y adaptarte a todo, porque puede surgir cualquier cosa y aquí o te adaptas o lo pasas mal".
Con seis meses de regata y siete países de cuatro continentes en los que ya ha trabajado echar la vista atrás a veces da un poco de vértigo pero al mismo tiempo el balance es positivo: "Todo pasa muy deprisa, porque si echo la vista atrás y veo todo el montón de cosas que he hecho desde entonces: Sanxenxo, Alicante, Sudáfrica, Abu Dabi, China, Nueva Zelanda… Si ahora pasase cualquier cosa y me fuera, hasta aquí, creo que ha sido la mejor experiencia de mi vida".
Obviamente esto es trabajo, no un viaje de placer, pero no deja de llevar a todos los miembros del Team Telefónica a sitios y culturas muy diferentes y eso es precisamente para Laura lo mejor de la vuelta al mundo: "viajar y poder vivir diferentes culturas. Yo creo que lo asimilaré con tiempo porque ahora estás tan concentrada en esto que ni lo piensas. No soy realmente consciente, pero estoy aprendiendo mucho, no me refiero sólo a nivel de culturas, sino también del trato con la gente, el convivir… Se saca una enseñanza de la vida que no se puede explicar con palabras. Creo que todo el mundo que tenga un poco de inquietud por mejorar o evolucionar, aprende mucho de esta experiencia a todos los niveles. Yo por ejemplo volví de Abu Dabi con una imagen completamente distinta de las mujeres árabes y toda su cultura. Sobre todo, esto te abre mucho la mente y aprendes mucho. Aprendes de la vida", concluye.