36 horas batiéndose. El Estrella Damm y el W Hotels están a menos de 1.500 millas de Barcelona
El Estrella Damm y el W Hotels ya navegan en la zona de influencia de la borrasca situada entre los archipiélagos de Azores y Madeira y la Península Ibérica. Durante un día y medio los regatistas se batirán con vientos de hasta 40 nudos y olas que podrían crecer hasta nueve metros de altura que convertirán el barco en una batidora.
Esta noche, a las 20:30, cumplirán una semana de navegación.
Tras haber superado anoche las barrera psicológica de las 1.500 millas respecto a la llegada, el Estrella Damm y el W Hotels, han ingresado esta mañana en la parte más dura de este récord. Los dos veleros navegarán durante las próximas 36 horas en la zona de acción de una fuerte borrasca situada en el triángulo que forman los archipiélagos portugueses de Azores y Madeira y el estrecho de Gibraltar. Los regatistas se batirán con vientos que pueden alcanzar los 40 nudos y olas de hasta nueve metros. Rociones que barren las cubierta incesantemente, golpes de mar inesperados y el permanente silbido del viento matizado por crujidos de los más variados y estruendos esporádicos convertirán a los dos barcos en verdaderas batidoras.
Pero no todo es negativo. Afortunadamente para ellos el viento es del través a portante. Al principio lo reciben por estribor, pero poco a poco, a medida que los veleros se acerquen a la longitud donde está ubicado el ojo de la borrasca, irá rolando por sus popas hasta ponerse por babor. Ello los obligará a trasluchar y, luego, con las peores condiciones superadas, podrán poner rumbo directo a Gibraltar.
Con estas condiciones por delante Alex Pella, Pepe Ribes y Stan Schreyer en el Estrella Damm y Pachi Rivero, Toño Piris y Peter Becker en el W Hotels se verán forzado a poner un pie en el freno. Los veinte nudos de promedio que han realizado por la noche son demasiados para esta ola. Los patrones deberán buscar la velocidad que mejor se adapte a las olas, para minimizar riesgos de rotura de material. Lamentablemente para ellos esto implica que, aún con más viento y desde un ángulo muy favorable para un IMOCA Open 60, difícilmente hoy, el día que cumplen una semana en el océano, podrán repetir una singladura (distancia recorrida en 24 horas) de 400 millas como la de ayer.