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Pepe Ribes: "Mi sueño siempre ha sido ganar la V.O.R."

Pepe Ribes: "Mi sueño siempre ha sido ganar la V.O.R."

En abril de 2011 Pepe Ribes finalizaba un reto personal y profesional: la vuelta a mundo a dos sin escalas, la Barcelona World Race. Dos meses después, y tras una operación de rodilla, estaba ya incorporado totalmente al Team Telefónica para disputar la que es su cuarta Volvo Ocean Race, una vuelta al mundo también pero con 10 personas más y en un barco muy diferente. Analizamos con el alicantino una y otra competición.

Tanto en la Barcelona World Race como en la Volvo Ocean Race se trata de dar la vuelta al mundo pero de maneras distintas, ¿cuál crees que es la principal diferencia entre ambas?

 

La preparación y las características que necesitas para ambas regatas son muy diferentes. Lo primero que necesitas para la Barcelona World Race (BWR) es sentir que eres capaz de navegar alrededor del mundo sin parar. Comparado con la Volvo Ocean Race, en que la etapa más larga es de unos 22 días y la intensidad es muy alta, casi como una costera, la BWR es más como un rally, en el que necesitas mantener el nivel de energía siempre alto porque somos solo dos personas a bordo, no 10. En la ‘Volvo’ sin embargo consigues mantener un nivel de intensidad alto y tomas más riesgos ya que sabes que tienes más posibilidades de hacer reparaciones –salir de una situación crítica con 10 personas es mucho más fácil que con dos-. El riesgo es más calculado en la BWR.

 

Diría además que lo más importante es que aquí tienes un área de la que eres responsable y no tienes que pensar en táctica o navegación. Esto no sucede en la BWR, en que los dos tripulantes tienen que estar involucrados tanto en la navegación como en la táctica.

 

¿Echas de menos esos roles?

 

La meteorología y la navegación son dos campos que tuve que aprender muy rápido para la BWR, ya que antes no había hecho nada de ese estilo. Es diferente ya que aquí lo importante es el equipo –cada miembro de la tripulación tiene su propia área de responsabilidad, así que el equipo tiene que trabajar como un todo y hacerlo bien desde su área. En la BWR el equipo está formado por sólo dos personas a bordo y tienes que dividir todas las responsabilidades entre dos. Aquí lo importante es que las 10 personas cubran todas las necesidades, mientras que en la BWR tienes que asumir responsabilidades que por lo general no harías en la Volvo Ocean Race.

 

¿Las exigencias físicas cambian de una regata a otra?

 

Es diferente, especialmente en la BWR en la que puedes usar el piloto automático, que es una parte importante del equipo ya que te permite trimar las velas, ir abajo para chequear el ordenador… En la VOR siempre hay alguien en el timón, empujando el barco más y más todo el tiempo, siempre hay una presión por parte de alguien que está de guardia ya que el barco va siempre al cien por cien. En la BWR cualquier presión al límite sobre el barco tiene sus riesgos porque estás solo y es importante que en los aproximadamente 100 días de regata tengas la mente clara cada vez que sales a una guardia durante tres horas y estando solo tienes que empujar el barco tan fuerte como puedes. En la BWR no puedes navegar a nivel de presión con que lo haces aquí, que siempre es al cien por cien o siempre intentando navegar al cien por cien.

 

Psicológicamente, ¿hay diferencias?

 

Son conceptos muy diferentes, la VOR dura muchos meses. Cuando empiezas sabes que tienes muchos meses de competición, paradas, y tienes que saber cómo reaccionar como un equipo, saber si lo haces bien o mal e intentar mejorar. En la BWR, una vez has salido lo mejor que puedes hacer es terminar. Por ello, el periodo de preparación es muy importante antes de la regata. En cualquier barco la parte más dura es salir y llegar, lo del medio es más fácil. La VOR es muy dura por el alto nivel de intensidad con que se navega y cada vez cada vez los barcos están menos preparados para navegar durante tres meses, no creo que ninguno de los barcos aquí pudiese hacerlo. Están preparados para navegar 15 días y por lo tanto pensados para ello y puedes tomar una u otra elección a nivel de su estructura y otras especificaciones que no puedes tomar en la BWR. Allí hay situaciones en las que llegas a estar fuera de control y no puedes romper algo, necesitas que todo sea un poco más fuerte. Es muy difícil hacer reparaciones con sólo dos personas, mientras que aquí puedes navegar mucho más cerca del límite.

 

¿Cuál de las dos regatas es más estresante?

 

Depende de la preparación de cada uno. Con el “Estrella Damm”, en la BWR, tuvimos la suerte de tener dos años de preparación así que llegamos a la salida relativamente tranquilos. Habíamos trabajado muy duro y completado lo que creíamos que era una buena preparación, así que estábamos relajados. Lo que más te preocupa en la BWR es todo el tiempo que pasas en el océano Sur, es la parte más estresante de la regata, en la pasas un montón de tiempo en el sur de los océanos Pacífico e Índico y sabes que cualquier rotura ahí abajo te deja en una situación muy delicada. En cualquier regata que haces, lo más importante es la preparación. Si sabes que estás bien preparado, serás un poco más rápido o menos, pero tendrás confianza en que terminarás. Si tu preparación no ha sido buena, estás más nervioso y estresado.

 

En cierto modo, a veces la BWR es un poco como navegar en solitario, ¿no?

 

Teníamos guardias de tres horas en cubierta y tres horas de descanso, así que tras más de tres horas sólo estás muy cansado. Se parece mucho a navegar solo, al menos que haya un cambio de vela y los cinco minutos cuando cambias de guardia. La verdad es que sí, pasas mucho tiempo solo.

 

¿Has disfrutado más de una competición que de otra?

 

No, he disfrutado las dos. Hoy por hoy la Volvo Ocean Race es la regata oceánica con tripulación número uno, porque los barcos son muy rápidos, las tripulaciones muy buenas y los equipos son de lo mejor que hay ahora mismo. La BWR es como una prueba de fuego pero uno puede hacer todas las funciones en el barco y aprender otras cosas: puedes ser táctico, patrón… Es diferente. En las dos regatas disfruto mucho, he hecho cuatro VOR y espero poder hacer otra BWR.

 

¿Cuál es tu principal objetivo como regatista en una y otra competición?

 

Mi sueño siempre ha sido ganar la ‘Volvo’. En esta edición estamos en el buen camino, si seguimos así en las siguiente etapas estaremos en un buena posición de cara a obtener un buen resultado en Galway. Si podemos lograrlo, seguro que mi segundo sueño será ganar la BWR. Y trabajaría tan duro como pudiese para hacerlo. Si no ganamos la VOR esta edición, la haría de nuevo para intentar ganarla.

 

¿Qué te parecería la idea de hacer una vuelta al mundo en solitario?

 

Para ser sincero, antes pensaba que hacer algo así era imporsible, que era algo como para mercenarios, para gente que está un poco loca, son regatistas muy especiales. Pero después de haber hecho la BWR cuanto más pienso en ello, si surgiese la oportunidad de hacer la Vendée Globe ¿por qué no hacerlo? Sería algo especial –no hablo en términos de resultados sino como una experiencia personal. Ser capaz de dar la vuelta al mundo solo es un logro personal muy grande. Es como cuando hice la BWR: navegar alredor del planeta con solo dos personas era algo muy grande para mí. No sé… hace tres años pensé que era algo imposible y en lo que nunca pensaría, pero cuanto más lo hago, si tengo la oportunidad, no diría que no.