La flota navega ya en puras condiciones de Pacífico Sur, saltando entre olas y vientos de más de 30 nudos
La flota navega ya en puras condiciones de Pacífico Sur, saltando entre olas enormes y propulsados por vientos de más de 30 nudos con una temperatura que no deja de caer. Mientras las tripulaciones exploran el límite entre velocidad y seguridad, el CAMPER aprovecha el entorno hostil para mostrar su habilidad en la extrema navegación oceánica, liderando el pelotón a medida que corre paralelo a la zona de exclusión establecida por la organización para evitar el encuentro con icebergs. En dirección opuesta, Team Sanya ha puesto rumbo a Nueva Zelanda para reparar los daños sufridos ayer.
ara minimizar los riesgos de la etapa reina de la Volvo Ocean Race 2011-12, la organización de la regata estableció una zona de exclusión para evitar que la flota bajara hacia latitudes en las que se ha detectado presencia de icebergs. Esta mañana, la cabeza de la flota tomaba contacto con el extremo oeste de esa zona de seguridad a partir de la cuál no podrán bajar de cierta latitud (47º Sur) al menos hasta dentro de 800 millas.
Cumplidos cinco días y medio de competición, CAMPER con Emirates Team New Zealand lidera la Etapa 5, que ya ha entrado en modo Pacífico Sur: vientos de más de 30 nudos con rachas de 45 y olas de más de cinco metros con una temperatura que no deja de caer. El barco de Chris Nicholson parece cómodo en unas condiciones descritas por las tripulaciones como extremas, aunque el experimentado patrón australiano reconocía esta mañana que pone toda su energía en mantener el barco de una pieza.
Mientras cabalgan paralelos a la valla formada por la zona de exclusión, los cuatro barcos que conforman el pelotón de cabeza (CAMPER, Groupama, PUMA y Telefónica) afrontan un tramo definido como de carrera de caballos, en el que la táctica está limitada por la zona de seguridad que deben dejar a estribor, y la velocidad depende en gran medida de los riesgos que cada equipo quiera tomar.
El reporte de las 14:00h indica que el más rápido durante las últimas tres horas ha sido el Groupama, con una media de 21,8 nudos de velocidad, aunque las puntas de velocidad superan holgadamente los 30. El barco de Franck Cammas ocupa la segunda posición, a 11,7 millas del CAMPER y 19 por delante del Telefónica, que ha superado al PUMA en las últimas tres horas para situarse a 30,7 millas del líder.
El cuarteto de cabeza acumula varios reportes superando la barrera de 500 millas recorridas en 24 horas; el más eficaz entre las 14:00h de ayer y las de hoy ha sido el Telefónica, con 519 millas. El líder está a punto de cruzar la barrera de las 5.000 millas a destino.
A 479,5 millas de la cabeza del pelotón, el Abu Dhabi ha empezado a bajar latitud en un intento por acercarse a sus rivales. Por último, y librando su propia batalla en una dura ceñida, el Sanya avanza hacia Nueva Zelanda en dirección contraria a la de sus rivales para reparar los daños sufridos ayer.
Parte de posiciones – Etapa 5 – Día 6 (23 de marzo, 14:00h):
1. CAMPER con Emirates Team New Zealand, a 5.002,5 Nm de Itajaí*
2. Groupama sailing team, +11,7
3. Team Telefónica, +30,7
4. PUMA Ocean Racing powered by BERG, +52,6
5. Abu Dhabi Ocean Racing, +479,8
6. Team Sanya, +795,2
(* 1 Nm, milla náutica = 1,852 km)
Declaraciones desde a bordo:
Iker Martínez, patrón de Team Telefónica:
“Hoy está un día un poco complicado. Tenemos al PUMA muy cerquita. Estaba a quince millas sólo, le hemos recortado mucho ahora. Vamos a seguir peleando duro. Con cabeza, pero duro. El agua ya se está empezando a poner fresquita”.
Roberto Bermúdez, patrón de CAMPER con Emirates Team New Zealand:
“En el Pacífico puedes apretar hasta un límite. Ese límite lo tienes que conocer, y consiste en el tuyo humano y en el del barco, así que hay que ir muy concentrado y no pasarse. Cualquier error o cualquier salida de curva puede provocar perder opciones para la etapa o poner en peligro más cosas. Así que hay que tener mucho cuidado. Llevamos dos días con 40 nuditos con una mar muy mala… La verdad es que no sé qué pasa en esta edición, pero a diferencia de otras, la mar está muy mala. Normalmente, al Pacífico veníamos un mes antes, con más horas de luz y todo esto cambia mucho. Hoy, por ejemplo, tenemos una noche muy, muy oscura, sin lunas, sin estrellas, y eso lo hace todo más complicado”.
Yann Riou, tripulante de comunicación de Groupama sailing team:
“La filosofía a bordo gira en torno a la prudencia. Hemos decidido bajar un poco el ritmo para preservar tanto al barco como a su tripulación. Hemos preferido durar antes que arriesgar apostando. Así que sí, es molesto ver cómo un barco te pasa corriendo dos nudos más rápido porque se mantiene en el agua más tiempo que tú. Pero eso es como es, y hay que aceptarlo. Además, un vistazo a la clasificación nos sugiere que no somos los únicos que hemos decidido navegar así”.
Amory Ross, tripulante de comunicación de PUMA Ocean Racing powered by BERG:
“Soplan 35 nudos, y nuestro Mar Mostro zigzaguea en el océano como un barco de juguete en una bañera. Nunca había visto olas de semejante tamaño, y según dicen los que ya han estado aquí antes, apenas son la mitad de lo que pueden llegar a ser. Un segundo estamos haciendo 30 nudos, al siguiente 15, y la transición entre ambos es casi instantáneo. Si te pilla sin agarrarte a algo, puedes hacer el superman volando por cubierta o bajo ella”.
Nick Dana, tripulante de comunicación de Abu Dhabi Ocean Racing:
“Las pantallas de los ordenadores no dejan de recordarnos que nuestro déficit y nuestros desafortunados partes meteorológicos están lejos de reflejar el valor de lo que estamos consiguiendo. El Pacífico Sur es uno de los entornos menos hospitalarios del planeta, y nosotros no nos limitamos a navegar por él, sino que competimos tan duro como es humanamente posible. Como comentábamos hoy Jules y yo, no hace tanto que los navegantes y exploradores se sentían afortunados con el mero hecho de atravesar estas aguas con vida”.
Mike Sanderson, patrón de Team Sanya:
“El barco ya no mete agua. La reparación del casco ha ido bien. Pero el barco tiene un daño bastante expuesto, y cuanto más tiempo pase, más daño le provocaremos y mayor tendrá que ser la reparación. Cabo de Hornos estaba a 3.800 millas a través del Pacífico Sur, y la isla norte de Nueva Zelanda a unas 1.000 millas hacia el noroeste. Una vez supimos que no teníamos una solución permanente, la decisión fue mucho más fácil”.