Gonzalo Araujo desde Galway (Irlanda)
Gonzalo Araújo (26/02/1969) es el jefe de guardia del “Telefónica negro” en la que es, a pesar de su vasta experiencia en el mundo de la vela, su primera Vuelta al Mundo. Con sólo tres etapas por completar, este gallego de 40 años nos habla abiertamente de esta experiencia, de lo bueno y de lo malo, y de los mitos por desmitificar.
- A nivel personal, ¿cómo está llevando la Volvo Ocean Race?
Lo estoy llevando muy bien. Es una experiencia muy buena y estoy aprendiendo muchas cosas, realmente en cada etapa se aprende algo más. La sensación que tengo es que veo que hemos aprendido muchas cosas desde que hemos empezado. Por otro lado, al no hacer la etapa larga se nos ha hecho más llevadero, ya que tuvimos un parón de dos meses casi en el que desgraciadamente no pudimos navegar.
- Cuando uno se enfrenta a este tipo de proyectos normalmente se crea unas expectativas, ¿se están cumpliendo las que usted tenía al principio de la Vuelta?
La verdad es que sí. Esperaba que fuese muy duro y se están cumpliendo a todos los niveles. Mis dudas fundamentalmente se centraban en el tema de la resistencia física y mental y me encontrado siempre muy bien en el barco. Creo que cada vez voy cumpliendo mejor mi tarea a bordo y la verdad es que ser jefe de guardia no es nada fácil. Entrar de novato es duro y creo que ahora mismo estaría preparado al máximo para empezar la vuelta, hasta ahora todo ha sido un aprendizaje. Veo que lo podríamos hacer mejor a nivel de resultados pero el aprendizaje es necesario, no se puede llegar y tener la experiencia. En este sentido creo que el equipo ha funcionado muy bien, ha habido problemas y todos hemos ido tirando siempre mirando el lado positivo. Para mí, el balance es positivo porque he aprendido muchas cosas.
- Posee una gran experiencia en todo tipo de barcos, pero ésta es la primera vez que se sube a un barco de estas características, ¿qué opina de los VO 70?
Son unos barcos magníficos, son los más avanzados con este sistema de la quilla pivotante que los hace muy divertidos de navegar. Por otro lado, esto mismo hace que sean muy estresantes ya que al final vamos con muy poca tripulación para llevarlos a tope durante tantos días. Los barcos son espectaculares aunque como siempre hay cosas que mejorar, sobre todo a favor de la seguridad tanto de los barcos como de la tripulación, deberían ser más resistentes. Son lo último en un diseño con muy pocas limitaciones y se disfruta mucho navegando en ellos.
- De todas las modalidades en las que ha navegado -vela olímpica, crucero pequeño, crucero grande, ahora en los Volvo Open 40…-, ¿con qué se quedaría?
La vela tienes muchas modalidades y yo he disfrutado de todas en cada momento. Aunque la verdad es que de todo lo que he hecho hasta ahora la Vuelta al Mundo es la regata más bonita. Tienes la parte técnica y de desarrollo, como la vela olímpica o la Copa América, y después también tienes esa parte que no sabes que te vas a encontrar a nivel de condiciones meteorológicas, imprevistos, condiciones de navegación muy distintas y también tiene ese puntito de aventura que para mí lo hace muy bonito. Por otro lado, hoy por hoy es una regata que tiene la misma intensidad que una regata corta, ya que estás a lo mejor 7-15 días peleando barco contra barco, no como era antiguamente que salían y a lo mejor ya no veías un barco hasta que llegasen. Tiene todo, mucho más que otras regatas.
- En la última etapa, el cruce del Atlántico Norte, han alcanzado grandes velocidades, ¿qué se siente yendo tan rápido encima de una barco y con esas condiciones de viento, ola y frío?
La verdad es que vas tan concentrado en tu trabajo, en llevarlo a esa velocidad y mantener unos números que no re paras mucho a pensarlo, pero sí hay ratos en los que disfrutas y realmente te das cuenta de lo bien que lo estás pasando haciendo esto. En otros momentos la tensión aprieta, sobre todo de noche, cuando no ves, el barco sube y baja, va muy rápido… Es una situación muy tensa, llevar el barco a esas velocidades a ciegas…
- ¿Ha pasado miedo alguna vez?
Miedo no, pero realmente en algunas condiciones, cuanto te pones a la caña, es una gran responsabilidad hacer que el barco navegue bien y evitar cualquier accidente. Hay la tensión normal, pero no miedo.
- Una experiencia como la Vuelta al Mundo, ¿cambia a las personas?
Yo creo que no, tampoco es algo del otro mundo. Hay personas que están trabajando en una oficina y otros que hacen esto, y no por ello eres especial ni tiene un mérito especial. Simplemente tu trabajo tiene unas condiciones que son duras en algún aspecto pero a lo mejor hay otros trabajos que son mucho más duros psicológicamente, ya sea por aburridos o por lo que sea. Creo que es un trabajo, entre comillas, bastante bueno. Duro en algunos momentos, pero hay cientos de trabajos mucho peores y con más mérito.
- A partir de ahora y hasta el final en San Petersburgo, a finales del mes de junio, ¿cómo se plantea el “Telefónica negro” las últimas etapas en Europa?
Mi planteamiento personal es seguir haciendo mi trabajo a bordo lo mejor posible, que es lo que yo puedo aportar al equipo, y en eso es en lo que me he estado concentrando en toda la Vuelta al Mundo. El barco ya no tiene las posibilidades de estar más arriba en la clasificación por lo que yo me he marcado unos objetivos personales en mi trabajo y en hacer bien mi tarea, que es la de jefe de guardia y es en lo que voy a seguir concentrado: en sacar todo el aprendizaje y aportarle al proyecto todo lo que pueda, va parejo. A nivel de clasificación no tenemos nada a lo que optar y cada uno tiene que buscar su motivación porque no se puede hacer esta competición sin una motivación clara. A nivel de la tripulación yo creo que a todos nos gustaría demostrar en alguna etapa que podemos estar en el podio pero es difícil, aunque hay que intentarlo.
- ¿En qué consiste su función de jefe de guardia?
Principalmente, durante el tiempo que está en cubierta tiene que encargarse de que el barco vaya a la máxima velocidad, que estén arribas las velas correctas, que se cumplan los rumbos y la forma de navegar, ejecutar el plan del patrón y navegante y que todo funciones acorde. Sería como el patrón de esa guardia, pero se concentra más en que el rendimiento del barco sea el máximo, hacer las maniobras o los cambios de vela que haya que hacer durante esa guardia y un poco supervisar todo durante la guardia, a la vez que toda la información que él puede detectar debe pasarla a patrón y navegante.
- En edad es uno de los mayores de la tripulación. ¿Cree que en este tipo de regata se nota la experiencia personal, por ejemplo a la hora de resolver situaciones extremas?
Como en cualquier otro tipo de navegación yo creo que se la experiencia se nota y agradece, siempre es una cosa positiva. Toda experiencia es importante, aunque en esta regata lo es más porque es muy distinta a otras, ya que tienes una serie de cosas que no tienes en otras regatas, como averías en las que nadie te puede ayudar en medio del mar, colisiones… Y luego también está toda la experiencia de manejar el barco, de noche, en situaciones de chubascos cambiantes, con velas distintas a las habituales… Está claro que toda experiencia es buena, en cuantas más situaciones hayas navegado mejor, eso siempre te ayuda ya sea en un momento u otro.
- ¿Qué ha sido lo peor que se ha encontrado?
Básicamente todo lo que he visto ha sido positivo. La comida es mala pero no se puede valorar por eso la regata. Hay cosas que se podrían mejorar, aunque personalmente quizás lo realmente malo ha sido tener una lesión y estar mes y medio apartado del equipo, ya que para un deportista cuando estás lesionado es duro porque no puedes hacer tu trabajo. Eso quizás ha sido lo peor. Igual que he aprendido a cómo hacer cosas, he aprendido a saber cómo no las haría.
- Como usted, pero por tierra, su mujer y sus dos hijos están haciendo la Vuelta al Mundo, ¿cómo se lleva lo de ser una familia errante?
Bien, hasta en eso ha sido una experiencia buena.. Estaba un poco saturado de hacer lo mismo durante varios años y cuando surgió esta posibilidad de hacer la Vuelta era sobre todo un plan familiar. Decidimos hacerlo y a pesar de todo el follón que supone, estamos encantados. Hay que organizarse bien y los niños se adaptan bien a todos los cambios.
- A nivel personal y familiar, si surgiese la posibilidad de hacer otra Volvo Ocean Race, ¿lo haría?
Deportivamente en un proyecto bien organizado sí me encantaría pero tendría que valorarlo con mi familia, habría que ver si nos encaja familiarmente o no.