Santander: A pesar de haberse celebrado el domingo 4 de agosto la Hándicap Comodoro de Honor, la clasificación esta aun sin publicar.
Esta prueba que fue una de las más importantes de las hándicaps celebradas en el RCMS la que se realizaba en memoria de D. Ramiro Pérez de Herrera una de las personas que más contribuyeron al desarrollo de la Vela en el RCMS y que fue distinguido por el RCMS como Comodoro de Honor del mismo. El trofeo que fue donado por don Ramiro comenzó a realizarse en el año 1952 siendo en un principio una competición entre las Clases Star y Snipe, las que tomaban la salida en conjunto, aplicándose una complicada compensación para determinar el tiempo de los participantes, la que dependiendo de la velocidad desarrollado por el barco de cabeza existía la posibilidad de aplicar tres tipos diferentes de compensación.
En la primera edición de este trofeo el vencedor fue el Star “Avatar” de D. Pedro G. Cantolla, mientras que en la segunda edición el triunfo fue para el Snipe “Mosquito” de Miguel y Victoriana López Doria. Desde 1952 la copa Comodoro de Honor se ha venido celebrando con mayor o menor éxito, aumentando la participación en la misma a todas las clases que navegan en Santander siendo la regata más importante de las que Hándicaps que se celebran en el verano santanderino, si bien su historial se ha perdido, al no figurar, desde hace años, ningún historial de las regatas que se celebran en le Marítimo en los programas que este edita. En la tirada de este año la participación ha sido mínima, eso que ahora el RCMS cuenta de nuevo con una escuela de vela. Solo 10 embarcaciones tomaron parte en el competición, 2 J80, 1 first 7,35, 1 Snipe y 6 Optimist. Esperemos que con la nueva Junta Directiva que tomara la dirección del RCMS esta tendencia de poca participación en las regatas cambie de tendencia y la vela tenga la participación numerosa que tuvo antaño. La regata se celebro sobre un recorrido en el que las balizas del recorrido eran las boyas de la canal de navegación, concretamente la nº 4 y la nº 10, en el que los participantes tuvieron que dar dos vueltas. Este era el recorrido que durante décadas realizaron los deportistas de vela ligera en las regatas santanderinas. El día amanecían con un NNE que fue aumentando de intensidad a lo largo de la Jornada, a lo que se unía una fuerte corriente entrante, que obligaba a buscar los bordos por tierra, al menos a partir de la Baliza nº 10. Cosa que no fue factible hacer en el primer tramo, ya que se llegaba de un bordo desde la salida a la primera baliza del recorrido. La nueva configuración del frente marítimo de Santander en el tramo final complico la regata a los escasos participante, ya que la construcción del Centro Botín en el muelle de Albareda impedía acercarse a tierra a la altura de la “Grúa de Piedra” al volar este sobre el muelle y adentrarse en la bahía. No cabe la más mínima duda de que la Vela Ligera es un deporte complicado de practicar, y al que se la tiene abandonada, tanto es así que las clasificaciones de las competiciones no aparecen publicadas hasta días después de haberse celebrado, lo que no pasa en ningún otro deporte en nuestra ciudad. Cuando la competición se realiza entre barcos de iguales características cada participante se consuela con saber quien ha quedado delante y detrás de él, pero cuando la clasificación se realiza por compensación de tiempos esto es imposible de controlar por el propio participante, solamente con la clasificación oficial u al menos oficiosa, los participantes tienen conocimiento de sus resultados. En esta ocasión, a tres días de la celebración de la competición del Comodoro de Honor la clasificación de la regata esta aun por exponerse en el TOA del Club, por lo que ninguno de los que se preocuparon por tomar parte en el evento sabe cuál ha sido su clasificación en el mismo, lo que no deja de ser significativo, indicando el poco interés que despierta este tipo de vela para aquellos que deberían promocionarla. J.F.M.J.