La Regata “Almirante Conde de Barcelona” se hace a la mar
En un día de perfectas condiciones atmosféricas para la navegación a vela, ha dado comienzo la primera prueba puntuable para el Trofeo Conde de Barcelona.
Las salidas, válidas para todas las categorías, han tenido lugar cerca de la 1 del mediodía, con un viento de escasa entidad que a mitad de recorrido ha llegado a los 9 nudos, de componente sur/suroeste, el tradicional viento térmico llamado embat. La etapa ha transcurrido sin más novedad que el esfuerzo de las tripulaciones para afrontar los distintos recorridos.
A diferencia de otras ediciones, en esta primera etapa se han dado salidas distintas para cada categoría: los primeros en hacerlo han
sido los “Espíritu de Tradición”, seguidos por los de vela latina y acabando con los de vela “Marconi” y “Cangreja”. Es una forma de acometer la prueba en igualdad de condiciones porque cada categoría hace su recorrido homogéneo. La prueba ha finalizado sobre las 17 horas y los barcos han vuelto a sus amarres en el Paseo Marítimo de Palma.
La tarde, a la caída del sol, es un buen momento para contemplar la belleza de estas embarcaciones que atesoran historia y experiencias marineras de muchos años. El Tigris, por ejemplo, es de 1899; el Kelpie, de 1903 o el Spirit of Cariba, de 1912. Este año el nivel de los barcos es muy notable porque la mayoría son barcos de más de 15 metros de eslora y están amarrados en el Village de la Regata, en el Paseo Marítimo frente al Auditorium. Las tardes en la base del Trofeo son muy animadas hasta bien entrada la noche y la compañía silenciosa de los barcos constituye un ambiente perfecto para la noche de Palma.