El malagueño Alejandro Díaz de la Torre recibe el reconocimiento de sus compañeros en el encuentro anual de técnicos andaluces.
«Nosotros, los técnicos, somos los únicos que podemos mantener la Vela a flote creando la afición necesaria para ello».
1 de diciembre de 2023.- Alejandro Díaz de la Torre (Málaga 1996), ha sido elegido Mejor Técnico del Año al cierre de la temporada 2022/2023, designado por mayoría por sus compañeros en la reunión anual de técnicos andaluces, celebrada en Loja el pasado jueves día 30 de noviembre. Hablamos con el actual director técnico del Real Club El Candado, cargo que compagina con la dirección en la organización de regatas y el de entrenador del equipo de iQFOil.
Alejandro suma ya una decena de años en el club malagueño, desde que en el año 2014 Angel Prieto confiara en él para hacerse cargo de los campamentos de verano y los grupos de iniciación durante los fines de semana. Después, durante el año 2016 gestionó junto al recordado Dani Casas los equipos de perfeccionamiento y competición de Optimist. «En enero de 2017 recibimos la fatídica noticia del fallecimiento de Dani, algo que nos dejó a todos completamente rotos por dentro, yo, además, tenía un trato muy cercano a él, para mí era lo más parecido a un hermano», señala el técnico con emoción.
«A partir de ese momento, el club, liderado por Manolo Cabrera entre otros, confía en mí, con tan solo 20 años de edad y yo me pongo el objetivo de continuar el legado de Dani para hacer del club un sitio con alma de Vela, ya que en esos momentos se navegaba lo justo. Después de casi 7 años desde aquello, creo que podemos decir que el Real Club el Candado es uno de los referentes a nivel andaluz«, continúa.
Sin duda la de Alejandro es una trayectoria profesional marcada por los retos que se vio abocado a asumir tras una pérdida personal y profesional que afrontó con mucho coraje. En su mochila, muchos años en el mar desde que empezara a navegar con su padre en Optimist, «ya que él navega desde joven y fue quien me inició en este deporte«. Un deporte al que está ligado de por vida y que retomaba con 14 años de la mano de su tío Ernesto en Baleares tras pasar un verano navegando con él, » Después al volver, la familia Dávila a la que estoy muy agradecido, me abrió los brazos para navegar en 420 y en esa clase continué mi carrera junto a Alberto Vera, hasta que por estudios y demás, dejamos de navegar en vela ligera, porque en crucero navegué varios años y aun lo hago siempre que puedo«, concluye.
Por último, queremos saber qué siente con el reconocimiento de sus colegas, «Que tus compañeros de profesión valoren tu trabajo es algo que siempre enorgullece a cualquier persona. Tengo una suerte inmensa de haberme rodeado de personas que siempre han querido ayudarme, y siempre me he dejado ayudar porque creo que es la única manera de seguir creciendo. El mundo de la vela es un mundo complejo en el que nunca se deja de aprender».
«Quiero aprovechar para animar a todos a seguir apostando por la vela y trabajando por ella. Somos un deporte minoritario y nosotros, los técnicos, somos los únicos que podemos mantenerla a flote creando la afición necesaria para ello».