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El Presidente del COE, señor Blanco, se rie de los ciudanos

Algo que me resulta demasiado molesto es cuando un político o un gestor apadrinado por un político se dirige a los ciudadanos tomándonos el pelo.

Viene al caso como consecuencia de la declaración a la prensa del señor Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español desde el año 2005 y manifestó solemnemente:
Superaremos las 22 medallas que se consiguieron en Barcelona……………no se lo cree ni él.

El señor Blanco no cabe duda que padece el síndrome “Barcelona 92” y su trauma es no poder superar las 22 medallas que el deporte español consiguió en Barcelona, 13 oros, 7 platas y 2 bronces, pero oculta que en Barcelona 92 hubo 28 deportes olímpicos que generaron 257 actos deportivos, mientras que en París son 35 deportes que van a generar 329, así que una simple razón, la de guardar la proporcionalidad, es que en París, para superar el éxito de Barcelona, habría que conseguir 28 medallas y no 28 cualquiera sino deberían ser 16 oros, 9 platas y 3 bronces, algo que no espera ni el más optimista, ni siquiera el.

Conviene aclarar que el error del señor Blanco no es consecuencia de la ignorancia porque tiene una excelente formación, es licenciado en Ciencias Físicas por la Universidad de Valladolid, carrera por cierto donde las matemáticas es una base fundamental, lo sé bien, por lo que no se trata de un error, insisto, es, sin duda una de esas acciones a la que los políticos nos tienen ya más que
acostumbrados para que los ciudadanos nos contentemos, al menos por el momento.

El problema real de España es que los políticos, y da igual el partido, no se interesan por el deporte, Barcelona fue una excepción por que de lo que se trataba era de demostrar al mundo que España era un país avanzado capaz de realizar grandes acontecimientos como son unos Juegos Olímpicos.
Tampoco se debe ocultar que el presidente del Comité Olímpico Internacional era el catalán Juan Antonio Samaranch y que el acontecimiento iba suponer unas importantísimas inversiones para Cataluña y sobre todo la ciudad condal, la remodelación que se llevó a cabo fue espectacular.

Según el economista Ferran Brunet, el coste real de los juegos Olímpicos, es decir, aquel que no tiene un uso posterior al evento, es decir el que se pierde, ascendió a 162.880 millones de pesetas de 1992. La mayor parte del presupuesto, un abrumador 85%, se destinó a inversiones, inversiones que se realizaron en Cataluña, mayormente en Barcelona, ascendieron a 956.630 millones de
pesetas. Quien desee más información la puede encontrar en el libro del señor Brunet ‘Les Claus de l’èxit, publicado por el Cente d’Estudis Olímpics i de lÈspot de la Universitat Autonoma de Barcelona (UAB).

Refiero estos detalles porque evidentemente el gobierno quiso que Barcelona 92 fuera un éxito y también los resultados de los deportistas españoles debería serlo, y lo fue, pero una vez terminados los juegos, para el año 1993, las ayudas a federaciones y deportistas se redujeron drásticamente.

No puedo terminar estos comentarios sin recordar que dentro del éxito general hubo el particular de la Vela, con 4 oros y 1 plata, considerando el número de medallas y su valor, diría que el éxito de la Vela fue nada menos que el 29% del éxito, muy lejos de cualquier otro deporte.
Sé que alguno estará pensando que escribo esto porque trabajé en los Juegos para la RFEV, pero siempre he reconocido que mi trabajo fue muy modesto y para nada puedo vanagloriarme de lo que otros hicieron, fue el éxito del mejor presidente que ha tenido la Vela española, sin duda, que supo rodearse de las personas adecuadas, de las que insisto, yo no formaba parte, y que ente todos
supieron planificar un trabajo que dio sus frutos, porque no sólo fueron los deportistas, además todo el entramado, y el deporte de la Vela es sin duda de los más complicados, funcionó perfectamente, tanto el trabajo en tierra, las mediciones, tantos las previas como las de los días de competición, y en el agua más de lo mismo. Es cierto que hubo acontecimientos de cierta gravedad, pero ninguno
imputable a la RFEV ni a España. Desgraciadamente llegado el mes de diciembre Arturo decidió no presentarse a la renovación, nunca supe los motivos ni me pareció adecuado preguntárselos.

Eugenio López Santos