El Bon temps vuelve a casa
Santiago Godó recupera el barco de su bisabuelo, construido por el carpintero de ribera Pere Nicolau en Mallorca en 1926. Es una de las embarcaciones de uso recreativo más antiguas de Baleares. La Copa del Rey Panerai es la primera gran regata en la que participa en su nueva etapa
Esta es la historia de un barco. Y de una familia que permanece unida en torno a él. El ‘Bon Temps’ ha vuelto a Baleares cuando cumple 91 años y su propietario, el catalán Santiago Godó, lo gobierna con orgullo en la XIV Copa del Rey Panerai Vela Clásica Menorca (clase Época Cangreja).
Godó logró hace un año recuperar esta balandra de madera aparejada en ketch (13 metros de eslora, 3,58 de manga, 1,78 de calado y 13 toneladas de peso), construida en Mallorca por el mestre d’aixa Pere Nicolau Mandilego, que perteneció a su bisabuelo y que ahora vuelve a ser la ‘niña mimada’ de la familia.
Desde que la adquirió, Godó cuenta que le ha realizado "200 acciones correctivas". "Nuestro objetivo es que el ‘Bon Temps’ vuelva a ser casi cómo cuando fue construido en 1926. Las fotos antiguas que tenemos nos ayudan a ello. Queremos que cumpla sus cien años con nosotros y siendo fiel a su identidad”.
Todo empezó cuando el padre de Godó, por casualidad, vio el barco en un reportaje televisivo. Estaba en Santander. No lo dudó: viajó a Cantabria para intentar recuperar el ‘Bon Temps’, pero las gestiones no fructificaron. “Mi padre, a pesar de su deseo, no pudo comprar la embarcación. En su momento fue un poco frustrante pero el reto quedó abierto en la familia”.
Y pasó el tiempo. Un día, Santi Godó –el actual propietario- advirtió en internet que el ‘Bon Temps’ estaba en venta y no tuvo dudas. Se movió con rapidez y eficacia y consiguió que esta leyenda viva de la vela del recreo volviera a manos de la familia.
Elemento aglutinador
El momento en el que el ‘Bon Temps ‘volvió a casa’ resultó emotivo. Cuenta Godó que su padre llevaba cincuenta años esperando poder recuperar la embarcación. "Era un hombre mayor y apenas salía a la calle. Pero siempre tenía un amarre vacío... Un día, miró por la ventana de su casa y vio, entre lágrimas, como su barco estaba ahí, casi sonriéndole. Esperándole. En medio del llanto, se colocó su gorra de capitán y en pocos minutos se puso al timón junto a otros veteranos que habían sido sus compañeros de juventud... Con todas las velas desplegadas, el ‘Bon Temps’ navegó con suavidad y rapidez... Había vuelto para quedarse".
Desde aquel momento, Santiago Godó vive por y para su barco. Asegura que es un “elemento aglutinador” de la familia. Su esposa y sus hijos no olvidarán cuando, esta misma semana, antes de la Panerai, fondearon en la Isla del Aire. Godó se emocionó y no pudo resistirse a besar el caso del barco. Y es que, muy cerca de este enclave, el 18 de Julio de 1936, al ‘Bon Temps’ le sorprendió el comienzo de la Guerra Civil cuando intentaba salir del puerto de Mahón con rumbo a Mallorca. No pudo hacerlo. Fue interceptado por un submarino republicano y obligado a retornar a puerto, dónde permaneció amarrado durante toda la contienda.
"Ahora queremos darle un uso social al barco, como sacar a navegar a niños de un orfanato, darles la oportunidad de disfrutar del mar a bordo de un pedazo de historia", añade Godó, con una mezcla de apasionamiento y emoción.