Manuel Gimeno, podio en el Internacional de Match Race para invidentes en Italia
Los regatistas, de Australia, Italia, España y Estados Unidos, competían con los ojos vendados, y se guiaban por boyas sonoras
El regatista de la Comunitat Valenciana, Manuel Gimeno y su compañero, Federico Giner, subieron al podio en tercera posición en el Campeonato Internacional Homerus, que se disputó en el lago Iseo, del municipio italiano de Lovere entre los días 18 y 24 de junio. El Campeonato para personas con discapacidad visual puso en marcha un nuevo sistema dotado con boyas sonoras. El equipo ganador fue el de Luigi Bertanza - Elisabetta Bardella de Italia, por delante del australiano Kylie de Forth - Erin McGlew.
Entre los días 18 y 24 de junio se disputó el Campeonato de Match Race Internacional Homerus, para personas con grado B2 de discapacidad visual. El campeonato se disputó en el Lago Isseo, del municipio italiano de Lovere.
Participaban seis equipos procedentes de Australia, Italia, España y EE.UU. El país más representado fue Italia, con dos equipos mientras que España estaba represada por el equipo de Manuel Gimeno y Federico Giner en una competición muy singular: match race, barco contra barco, para invidentes, con un sistema experimental a base de boyas sonoras.
Los competidores llevaban los ojos vendados, con el fin de igualar las posibilidades de todos los regatistas, ya que el grado de discapacidad visual era variable.
Sistema ‘original’ de navegación
Este campeonato cumplía las reglas tradicionales de match race, solo dos barcos en competición, uno contra otro, en tiempo real, con victoria para el primero que pasara por meta y con juicio directo en el mar a través de los árbitros que seguían a ambas embarcaciones en su navegación.
El sistema experimental utilizado en Italia se basó en la activación de boyas sonoras. Esto es, como comentaba Manuel Gimeno, cuando los dos barcos van a tomar la salida, las boyas que definen esta línea, en Comité y visor, se activan. A través de ellas los regatistas conocen su posición y saben donde está situada la salida. Una vez, superada ésta, se desactivan las balizas de la salida y se activa la baliza de barlovento. Los regatistas pueden establecer por tanto la disposición del campo de regatas y el punto donde deben dirigirse mientras disputan su posición con el barco oponente. Superada la baliza de barlovento, esta se silencia y se activa la de sotavento…
Los barcos en competición también van dotados de sistemas sonoros, a babor y estribor, que se activan cuando el barco escora en uno u otro sentido. De esta forma el navegante puede definir el campo de regatas, puede escuchar a los jueces en el mar, y también saber donde se encuentra el oponente y si este se acerca por babor o estribor.
En cualquier caso, los barcos en competición llevaban también un tercer navegante ‘de seguridad’, con visión normal, cuyo único papel era el de actuar en caso de emergencia para evitar una colisión.
“Es un sistema que hemos acogido con satisfacción porque garantiza nuestra posibilidad de navegar solos,como invidentes, con relativa normalidad, sin vernos condicionados por la discapacidad”, declaraba Manuel Gimeno.
En busca del trofeo
La competición fue emocionante, y aunque igualada, por llevar los ojos vendados, Manuel Gimeno confesaba que no fue fácil. “cuando dispones de un poco de visión, por poca que sea, tomas un contacto con la realidad y compensas tu discapacidad con los otros sentidos. Cuando nos taparon los ojos, nos obligaron a tomar contacto con la realidad de forma diferente a como estamos acostumbrados, y a veces resultaba un tanto incómodo, nos costó adaptarnos.
La competición en un lago, cuya profundidad era de 80 metros, también presentó complicaciones añadidas. El comportamiento del viento, la forma de deslizarse el barco sobre el agua dulce, no tienen nada que ver a lo que es la competición en el mar y con los vientos tradicionales a los que estaban acostumbrados los regatistas españoles. Por otra parte, el personal. ‘de seguridad’ tampoco pudo evitar que se produjeran múltiples colisiones sin mayores consecuencias.
La final se disputó a tres pruebas entre el equipo italiano de Luigi Bertanza - Elisabetta Bardella y loss australianos de Kylie Forth - Erin McGlew, con victoria para los italianos. El equipo español de Manuel Ugarte y Federico Giner, ganaba el tercer puesto de podio a tres regatas, a los americanos Antonio Bersani - Enrico Sosio.
El regatista valenciano Manuel Gimeno manifestaba su satisfacción por los resultados. “Nos guastaría que se celebrara un campeonato en España, con el sistema de boyas sonoras y parece que va cobrando forma esta posibilidad, pero es pronto para saber donde y en qué fechas”.