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La federación de vela confina al equipo nacional en el CEAR de Santander contra el criterio del CSD

Fuente Gaceta Náutica.
JOSÉ LUIS MIRÓ / JULIO GONZÁLEZ
El máximo organismo del deporte español asegura que "se les dijo claramente" a los responsables del centro que los deportistas debían abandona el complejo y que si no lo hacían, era "bajo su responsabilidad ante las autoridades sanitarias y las fuerzas de seguridad"

Según la RFEV, que preside Julia Casanueva y cuyo equipo olímpico dirige Santiago López Vázquez, “todos los deportistas están siendo monitorizados por la doctora de la federación a diario y desde que llegaron de Palma”. En el CEAR de Santander se encuentran confinadas 15 personas: los equipos masculinos y femeninos de las clases 470 y 49er, además de los de Finn, sus respectivos entrenadores y una fisioterapeuta. La responsable médica reside en Cádiz.

Al Consejo Superior de Deportes (CSD) no le gusta nada que el equipo nacional de vela se encuentre concentrado en el Centro de Alto Rendimiento (CEAR) de Santander, ni tampoco que sus atletas hagan públicas sus rutinas de confinamiento en los medios de comunicación. El máximo organismo del deporte español ha expresado su malestar por esta situación inédita y ha dejado claro que los regatistas olímpicos deberían estar en sus casas y no recluidos en las instalaciones de la Real Federación Española de Vela (RFEV).

La Delegación del Gobierno en Cantabria confirmó ayer a Gaceta Náutica que el CSD había informado por escrito al CEAR de que los deportistas debían abandonar las instalaciones el 15 de marzo, en aplicación del decreto de estado de alarma por el coronavirus. “Tres días después se insistió, pero hicieron caso omiso y manifestaron su intención de permanecer allí”, añadió esta fuente.

El propio CSD corroboró, a través de un portavoz autorizado, que “se les dijo claramente [a los responsables del centro de alto rendimiento] que tenían que abandonar ese lugar, y que si no lo hacían, era bajo su responsabilidad ante el gobierno autonómico, las autoridades sanitarias y, por supuesto, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”. El CSD añade que tuvo que advertir al centro de que se estaba cometiendo una “ilegalidad” al permitir entrenamientos en grupo y actividades al aire libre dentro del complejo, algo que está prohibido.

La residencia Blume de Madrid, dependiente del CSD, cerró sus puertas tras la decisión de recluir a la población y envió a los atletas a pasar el confinamiento con sus familias. El equipo técnico de la RFEV, sin embargo, tomó la decisión de trasladar a los integrantes del equipo nacional a Santander cuando la mayoría de ellos se encontraban en Mallorca para tomar parte en el Trofeo Princesa Sofía Iberostar, cancelado dos días antes del decreto de estado de alarma por la pandemia de COVID-19. Todos los concentrados dieron su consentimiento.
La oficina de comunicación de la RFEV respondió ayer a una solicitud de información de este periódico explicando lo siguiente: “Uno de los factores que se manejaron cuando el equipo estaba entrenando en Palma, antes del confinamiento decretado, fue el de reunir a todos aquellos que quisieran volver a Santander, ya que al haber estado en Palma las semanas previas preparando diversas competiciones, se entendió que el riesgo había sido alto al estar con tantísimos deportistas de varias nacionalidades conviviendo”.
SÍNTOMAS LEVES DE UN DEPORTISTA
Asimismo aseguró que uno de los deportistas concentrados “desarrolló pequeños síntomas de enfermedad (síntomas leves compatibles con una infección de vías respiratorias altas), pero sin llegar a tener temperatura que pudiera ser considerada fiebre y cuyo cuadro se resolvió en menos de 48 horas”.
La actuación de la vela española contra el criterio del CSD no es, ni mucho menos, una cuestión menor. Se trata del máximo órgano del deporte español y su subvención representa alrededor del 60-70% de los ingresos de la federación.