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La Federación Cántabra de vela indolente e imprudente, además de negligente, en hacer observar las normativas de seguridad de la Capitanía Marítima

Su falta de control en la observancia de las normas de Capitanía Marítima sobre seguridad marítima pone en peligro a los infantiles y cadetes de su federación.

La Capitanía Marítima de Santander, dependiente del Ministerio de Fomento, hace tiempo que emitió un bando en el que indicaba la normativa, de obligado cumplimento, con relación a las actividades deportivas náuticas dependiendo de las condiciones atmosféricas reinantes, y que es la siguiente:

 

“ASUNTO: PROHIBICIÓN DE REALIZACIÓN DE PRUEBAS DURANTE AVISO DE FENÓMENOS ATMOSFÉRICOS ADVERSOS” Por razones de seguridad marítima se comunica que QUEDA PROHIBIDA LA REALIZACIÓN DE TODA PRUEBA DEPORTIVA DURANTE LAS ALERTAS DE FENÓMENOS METEOROLÓGICOS ADVERSOS EN EL LITORAL CÁNTABRO NIVELES ROJO Y NARANJA, niveles rojo y naranja, eso es:

 

- ROJO (rachas de viento de más de 140 Kms/h) (olas de más de 7 mts)

 

- NARANJA (rachas de viento entre 100 y 140 Kms/h) (olas de 4 a 7 mts)

 

En nivel amarillo, solo se permite la realización de pruebas deportivas en las que no participen ni infantiles ni cadetes.

 

La norma más importante en la mar es la de “LA SEGURIDAD PRIMERO”, (THE SAFETY FIRST), esto está pintado con letras bien visibles en los puentes de los mercantes.

 

En nuestro país hace tiempo que es imposible viajar en las rodillas del copiloto de un coche. Lo que era corriente hace unos años, hoy sería impensable, además de punible.

 

Pues bien el Ministerio de Fomento, por medio de las Capitanías Marítimas ha emitido una norma que únicamente tiene por objeto el intentar garantizar la seguridad de la vida humana en la mar, medio que es mucho más agresivo que el terrestre, y para ello ha emitido la normativa que aquí se reproduce.

 

Desgraciadamente esta ha resultado ser papal mojado para los que la deben cumplir y hacer cumplir, pues nadie se ocupa en los fines de semana cuando hay Alerta Amarilla el comprobar que esta se cumpla, a pesar del riesgo que su incumplimiento conlleva, que puede acarrear gravísimas consecuencias para el que lo sufra, pero sobre todo a los infantiles y cadetes, que están completamente indefensos y en manos de otras personas que deben velar por su integridad, siendo el Comité de Regatas y los Monitores los que en un principio serian los responsables de lo que les pudiese suceder a los niños en el caso de un accidente ocurrido cuando se vulnera la norma de Capitanía Marítima, y subsidiariamente lo serán las Instituciones que lo hayan permitido.

 

En el aspecto económico, ninguna compañía de seguros se haría cargo de los daños de un accidente ocurrido cuando se ha vulnerando esta norma.

 

Pues bien el pasado fin de semana, concretamente el domingo, la costa de Cantabria estaba en Alerta Amarilla por fenómenos atmosféricos adversos. A pesar de ello la clase Optimist realizó una competición en la bahía de Santander, sin que nadie de la Federación Cántabra de Vela, se preocupase de lo que estaba pasando en esa jornada en la que estando prohibidas las pruebas para infantiles y cadetes estos compitieron (además esto ocurría delante de sus narices). La Federación ni se preocupó de avisar a los Clubs de que los infantiles y cadetes no podían navegar en esa jornada.

 

Pero no solo sucedió eso el domingo pasado, sino que esta misma semana, concretamente el sábado, nuevamente la Costa Cantábrica ha vuelto a estar en Alerta Amarilla, soplando rachas de más de 29 nudos en la bahía santanderina. A pesar de la Alerta Amarilla en vigor, los alumnos de las Escuelas de Vela, este sábado salieron a navegar.

 

Va hacer ahora dos años la Federación Cántabra de Vela, permitió, y avaló, un campeonato territorial en el que 8 clases distintas, entre las que se encontraban algunas tan dispares como el Optimist y los 29er navegaron en el mismo campo de regatas, lo que pudo ocasionar daños graves además de ser un desastre, sufriéndose en esa absurda mezcolanza de competición multiclase un abordaje entre un 29er y un Snipe, en el que a punto estuvo de atravesar el botalón del 29er al patrón del Snipe, afortunadamente unos centímetros salvaron al patrón, pero el botalón, que es de carbono, se rompió en varios pedazos como consecuencia de la violencia de la colisión. Esta actuación irresponsable de la Federación Cántabra motivo la queja de los participantes ante las autoridades deportivas de la Comunidad.

 

Esta dejadez por parte de los responsables de las Escuelas y de la Federación Cántabra de Vela ponen en peligro a los más débiles de la escala, los deportista infantiles y cadetes, y a los alumnos de las Escuelas que entran en estas edades, a los que además les enseñan, y fomentan, el transgredir la norma, lo que es todo lo contario de lo que una Escuela debe trasmitir a sus alumnos, pero sobre todo indica muy claramente la nula preocupación de la Federación Cántabra de Vela por el cumplimento de las normas de la administración y de su obligación de hacer que en el deporte de la Vela estas se cumplan.

 

J.F.M.J.O.