Iberdrola hace “volar” a la vela española
Las deportistas del equipo olímpico español de vela disfrutaron de una jornada diferente, probando el vuelo en parapente en Lanzarote
El impulso de Iberdrola a la vela española va más allá del apoyo al deporte. Se centra también en dejar huella y en colaborar con el crecimiento personal de las deportistas del equipo olímpico de vela. Las regatistas, concentradas estas fechas en su mayoría en la isla de Lanzarote, disfrutaron el pasado fin de semana de una actividad totalmente diferente: volar en parapente.
Gisela Pulido, Silvia Mas, Nora Brugman, Pilar Lamadrid, Nicole van der Velden, Tara Pacheco y Ana Moncada se pusieron en manos del medallista paralímpico y psicólogo del equipo de vela, Enhamed Enhamed, para afrontar este reto del que no tenían información. Enhamed, invidente desde los ocho años, dirigió esta actividad, organizada por Iberdrola y la RFEV, cuyo objetivo era “confiar en una tercera persona y aumentar la zona de confort”. Junto a ellas también estuvo Pilar Clapés, fisioterapeuta del equipo.
A primera hora de la mañana las deportistas fueron citadas en un punto alejado de todo, en el centro de la isla, lo que generó cierta expectativa entre ellas. “Todavía no tenemos ni idea de lo que vamos a hacer”, decía Pilar Lamadrid al llegar al punto de encuentro entre las risas nerviosas de algunas de sus compañeras. Enhamed rompió el hielo explicando varias vivencias personales que le llevaron al extremo y en las que siempre tuvo que confiar en una tercera persona para llevarlas a cabo. Mientras tanto, las deportistas recibieron unos cascos.
“Estamos aquí con la idea de ampliar nuestra zona de confort, intentar que nuestras habilidades y nuestras capacidades nos ayuden y permitan ir un poco más allá”, explicaba Enhamed quien aseguró que el deporte de la vela está centrado en afrontar la incertidumbre, en nunca saber qué va a pasar en el agua. El objetivo de la dinámica que estaba a punto de desvelarles era confiar en otra persona, tener muy claro el porqué de lo que haces y estar preparado para afrontar las incertidumbres. “Navegar no es el medio natural del ser humano y como tal ahora queremos exponeros a otro medio completamente diferente”.
A la pregunta de qué creían que iban a hacer Tara Pacheco espetó: “Paracaídas seguro, o en moto a 200”. La intuición de la regatista canaria no estaba demasiado lejos de la realidad, pues al final la experiencia se podía resumir en que las deportistas iban a volar. Gisela Pulido, aficionada al salto en paracaídas, mostraba templanza y tranquilidad, algo que animó a sus compañeras.
Una vez desvelado el propósito, volar en parapente, empezaron las dudas para algunas deportistas. Silvia Mas, quien hace un año fue sometida a una operación de rodilla, se enfrentó a la decisión de no participar en una actividad que ella misma reconocía que le hacía especial ilusión. “Parte del reto es también asumir lo que podemos y debemos hacer”, explicaba el psicólogo Enhamed.
Un breve viaje en furgoneta llevó a las deportistas hasta la zona de salto. Miedos fuera, adrenalina a punto y muchas ganas de experimentar algo que no conocían. “¿Puedo volver a hacerlo?”, dijo Nora Brugman nada más tocar tierra, “ha sido muy chulo”. Risas, aplausos y una sorpresa final: el presidente de la RFEV, Javier Sanz, se unió a las regatistas y también se “dejó llevar” y protagonizó el último salto del día.
Esta actividad está enmarcada dentro de la colaboración que existe entre la Real Federación Española de Vela e Iberdrola, patrocinador oficial de la vela femenina en España. Además de la vinculación de Iberdrola con el equipo olímpico de vela, también es el principal impulsor de la Liga Femenina, un circuito en el que en la edición de 2021 han participado 17 equipos con tripulación 100% femenina y que ha contado con un total de cuatro regatas.
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