En el recuerdo a Ramón Lago, precursor de la vela gallega
La pasada semana se nos iba una de las figuras más carismáticas de la vela gallega.
Ramón Lago fue uno de esos visionarios que supo desde la sencillez hacer cosas grandes, con plena dedicación y entrega durante casi dos décadas, las más apasionantes de la vela moderna tal y como ahora la logramos entender y que comprendieron desde finales de la década de los años 70 hasta mediados de los 90.
Siempre en un segundo plano supo ser el pilar y la fortaleza de presidentes de la talla de Cholo Armada o Francisco Quiroga, ocupando en sus respectivas legislaturas el cargo de Secretario de la Federación Gallega de Vela, con el primero durante tres mandatos y con el segundo algo más de un lustro.
Pero su impronta no se ha reflejado durante todo este tiempo en lo meramente administrativo. Su pasión por la mar y en especial por el deporte de la vela se ha visto reflejada en sus propios hijos y nietos, todos ellos magníficos regatistas y promotores de la saga familiar de los Lago, un apellido ligado para siempre a la construcción de la historia de este deporte en nuestra comunidad.
Durante su época se levantó el actual edificio de la Federación Gallega de Vela, se unieron lazos con países hermanos y se mentó el mayor proyecto de la vela oceánica creada en España, el Galicia 93 Pescanova, el WOR 60 que patronearía Javier de la Gándara.
Quienes le recuerdan hablan siempre de una persona amable, incansable y vital, un alma afable que se ha ido con el viento dejando tras de si una hermosa y perenne estela.