España seis medallas 3 platas y 3 bronces. España novena en el medallero. Alemania auténtica vencedora con 15 metales
Craviotto y Rial, con dos platas; Portela, con dos bronces, uno en el K-4 500 donde remó Smidakova, y Bouza, plata en C-1, triunfadores en la clausura
La selección española de piragüismo termina el Campeonato de Europa en Trasona con un total de seis medallas, superando la cota conseguida en el Europeo 2009. En la jornada de ayer, en la que se celebraron las finales sobre 200, 500 y 5.000 metros, Saúl Craviotto y Carlos Pérez Rial se alzaron con dos platas en el K-2 200 y 500 y Teresa Portela con el bronce en el K-1 200, para luego repetir metal en el K-4 500, junto a la asturiana Jana Smidakova, Beatriz Manchón y Sonia Molanes. En el C-1 5.000 José Luis Bouza fue segundo.
Estas cinco medallas se unen a la de bronce que en la jornada de anteayer lograron Emilio Merchán y Diego Cosgaya consiguieron en el K-2 1.000, logrando así meter en el podio los colores anfitriones en todas las pruebas de doble masculino en kayak.
Las selecciones de Alemania y Hungría confirmaron una vez más su hegemonía en el Campeonato de Europa de Trasona. El combinado germano se colocó en lo más alto del medallero con 15 medallas (seis oros, cuatro platas y cinco bronces), mientras los húngaros eran segundos con 12 (seis oros, cuatro platas y dos bronces). En la clasificación por puntos, las tornas se cambiaron y se impuso Hungría con 532, por los 524 de Alemania.
A Craviotto y Pérez Rial le costó arrancar en el 200, un error que en una distancia tan corta pudo resultar caro. Los gallego y leridano recortaron distancia con los británicos Heath y Schofield, pero no la sufiente para arrebatarles el oro. En tercera posición quedaron Bee y Dombi (Hungría). En el 500, una distancia que tienen menos trabajada, salieron más fuerte y mantuvieron bien el ritmo hasta los últimos metros, pero cedieron ante los bielorrusos Makhneu y Piatrushenka. Por detras quedaron los portugueses Pimenta y Silva.
La otra gran triunfadora de la jornada fue Teresa Portela, que se adjudicó el segundo bronce para España en el K-1 200. La salida volvió a jugar una mala pasada: la primera palada de Portela no fue buena, según explicó ella misma, y tuvo que recuperarse para mantenerse en las posiciones de podio, por detrás de Natasa Janics (Hungría) y Marta Walczykiewicz (Polonia).
Además, disputó la final de K-4 junto a Smidakova, Manchón y Molanes, para entrar en la tercera posición. En esta ocasión buena salida las colocó en la lucha por el oro, pero el ritmo de las alemanas (primeras) y las húngaras (segundas) fue demasiado alto para mantener las opciones.
La otra embarcación española en liza en la prueba del doble hectómetro, el C-2 de Jacobo Domínguez y David Maquieira realizó un buen papel, pero se tuvo que conformar co n la octava plaza. El podio fue para Gadeikis y Labuckas (Lituania); Ignatov y Shtyl (Rusia); y Rabchanka y Vauchetski (Bielorrusia). En el 500, dos canoas nacionales disputaron también las finales. José Sánchez, en el C-1, terminó en una meritoria octava posición, ya que su objetivo era entrar en la final. En el mismo caso está el C-2, la embarcación más joven de la selección, que consiguió la séptima posición en una prueba que vencieron Dumitrescu y Mihalachi (Rumanía); fueron segundos Bezugliy y Prokopenko (Azerbayán), terceros, Rabschanka y Vauchetsky (Bielorusia).
Llega el momento de evaluar la actuación tanto organizatriva como de nuestros botes. En lo que a medallas se refiere, la elección ha superado las medallas del anterior campeonato. Sólo faltó el oro.
La formación del K4 femenino fue una de las más polémicas de la selección española y ayer sus integrantes respondieron con un bronce y una sensación agridulce. «Es un sabor amargo, no por el resultado, pero sí que es cierto que queríamos subir un peldaño más y no hemos podido, porque tanto las alemanas como las húngaras estaban muy fuertes», reconocía Beatriz Manchón.
Teresa Portela, la integrante del equipo con más medallas, dos bronces, se mostraba «satisfecha. El balance es bueno, aunque es cierto que, como decía Bea, queríamos estar más cerca. Nos quedan siete semanas hasta el Mundial y vamos a ver si podemos subir ese peldaño». La gallega reconocía que en el 200 «salí un poco mal y luego ya no pude llegar a la altura de mis rivales, pero la medalla es muy buena».
Jana Smidakova quiso dedicarle su medalla «a todo el público que nos ha apoyado, porque han sido una gran ayuda».
Los que no estaban tan contentos eran Carlos Pérez Rial y Saúl Craviotto, para los que «salimos mal y lo acabamos pagando. Se nos fueron los ingleses y a partir de ahí aunque intentamos remontar no fuimos capaces de darles caza. Dicen que el segundo puesto es el primero de los perdedores y es cierto, pero sabemos que podemos mejorar», mantenía Carlos Pérez Rial, 'Perucho', mientras que su compañero también era positivo: «Tenemos margen de mejorar para arrancarles esas décimas». Luego, en el 500, tampoco podrían subir a lo más alto del podio, aunque no se escondieron: «Se nos colaron los bielorrusos por la calle 1, pero aunque vinieran a nuestro lado nos los hubiéramos ganado. Creo que el balance es positivo para nosotros y para España. El objetivo eran cuatro medallas y hemos conseguido seis, así que no está nada mal».
Bouza, inmenso
José Luis Bouza consiguió «sobreponerme de la gastroenteritis. Fue un día más de recuperación», para conseguir la medalla de plata en canoa en los cinco kilómetros. No defraudó el gallego. Los canoístas de los países del Este dominaron con solvencia, pero el gallego se resarció de sus problemas en 1.000 metros con una regata memorable. Sólo el alemán Verch pudo con él: «En la primera ciaboga me engancharon dos veces, pero conseguí salir bien y después me encontré muy fuerte», reconocía. Repite medalla en Europeo, aunque en distinta prueba y lo hace «en una prueba más técnica y de resistencia, la rabia... Fue un poco de todo. La verdad que esto demuestra que estamos fuertes y que nuestro objetivo es el año que viene».