Los sudafricanos Stott y Burden ganan el Descenso del Pisuerga
16 agosto 2008 08:35:08
151 palistas y 111 embarcaciones se dieron cita es esta emblemática prueba.
Los palistas del equipo Nacional de Sudáfrica Antonhy Stott y Nicholas Burden se impusieron ayer, con notable autoridad, en el cuadragésimo cuarto Descenso Internacional del Pisuerga en piragua, celebrado en la localidad palentina de Alar del Rey. Los vencedores marcaron un registro de 49 minutos 21 segundos, lejos del récord de la prueba, que desde 1985 sigue en manos de sus compatriotas, los hermanos Chalupsky, con una marca de 44 minutos y 2 segundos. Su victoria se fraguó hasta el último tramo del recorrido, puesto que durante los casi 17 kilómetros de trayecto mantuvieron una fuerte pugna con la pareja asturiana Oscar Hernández Florenti y Pedro Gutiérrez Alvarez, de la Sociedad Deportiva Ribadesella, ganadores de la edición anterior y de la del 2005. En tercera posición, a más de dos minutos de los ganadores, entraron Domingo y Perrino, del Club Palentino de Piragüismo. En la categoría de K-1 senior se cumplieron los pronósticos y venció Kiko Vega, de la S. D. Ribadesella, y segundo en la última edición del Descenso del Sella. A ello pudo contribuir que el palista palentino Jorge Alonso, que participaba en solitario en ausencia de Santi Guerrero, no pudiera acabar la prueba tras sufrir un contratiempo en los primeros compases de la misma. Por detrás del ganador se situaron Jesús Rodríguez y Miguel Fernández, mientras que Marco Antonio Santos y Luis Medrano eran quinto y sexto, respectivamente.
Por su parte, las cántabras Esther Jaca y Elga Fernández se impusieron en K-2 senior damas. María Ramírez ganó en k-1, mientras que Pablo Andrés y Asier García, del Equipo Autonómico de Castilla y León lo hicieron en K-2 sub 23.
La salida en el puente de Olleros de Pisuerga resultó un tanto problemática. El nerviosismo de los participantes motivó que los Jueces y Cronometradores de la Federación de Castilla y León de Piragüísmo tuvieran que emplearse a fondo para conseguir un alineamiento correcto ante cientos de aficionados que se agolparon en los distintos puentes del recorrido, en lugares de especial espectacularidad, como presas y rabiones, y sobre todo en el puente de Las Monjas, en Alar del Rey, donde estaba instalada la meta.