Campeones del mundo de piragüismo de maratón en K-2, Walter Bouzán y Alvaro Fernández Fiuza
Ambos han coincidido hoy tras lograr la medalla de oro que este será un año "imborrable" en sus vidas, ya que al título mundial han sumado la victoria en el Descenso Internacional del Sella.
"El momento más complicado de la carrera lo pasamos en el segundo porteo cuando nuestra piragua rozó con el suelo y se torció un poco el timón", ha desvelado Bouzán, quien ha añadido que a partir de ese momento se han visto ligeramente condicionados por ese percance, que les obligaba a llegar en las primeras posiciones al porteo para evitar roces con otros adversarios.
"Al principio fue cuando peor lo pasé, creo que llegué mejor al final", ha declarado el palista de Ribadesella, consciente de que "quizás" al ver que transcurría la regata, que las cosas les salían bien, ha aumentado su autoconfianza Entre las cuestiones que más le han llamado la atención del Mundial, Bouzán se queda con la manera de sprint para llegar bien colocado al desembarque en los porteros y el "respeto" que los rivales "te cogen a medida que va avanzando la carrera".
El asturiano ha agradecido a Emilio Merchán, el zamorano al que ha sustituido en la K-2 que hoy ha revalidado el título de campeón del mundo, los consejos y las enseñanzas que le ha transmitido durante todos estos días en los que el castellano leonés ha estado en Bañolas animando el equipo.
"¡Pero cómo dice eso!", ha exclamado Bouzán cuando ha conocido que el propio había afirmado tras la llegada a meta: "Se ha demostrado que Walter Bouzán es tan bueno como yo", ha dicho el campeón del mundo de pista y maratón en 2009.
El gallego Alvaro Fernández Fiuza ha dicho que es "increíble" lo que ha ocurrido en los dos últimos dos años, "primero el título mundial con Merchán, uno de los mejores palistas de todos los tiempos, y ahora con Bouzán, en una K-2 que montamos pensando en el Descenso del Sella, en el que también conseguimos la victoria".
Sobre la regata ha comentado: "No vi tantos tirones en la vida", y ha confesado que en las últimas dos vueltas padeció algunos calambres en el brazo derecho y en el pectoral aunque en esta ocasión se encontró con mayor estabilidad en la llegada de la que tenía el pasado año.
Su "agradecimiento" para el club de ambos, Feve Oviedo Kayak, y su presidente, Pepe Rubiera, con el que ambos palistas se han fundido en un abrazo tras cruzar la línea de meta, permite al pontevedrés recordar a "todos" lo que le ayudan en su camino hacia el éxito, entre ellos, la Agrupación Deportiva de la Policía Nacional que le facilita la posibilidad de entrenarse.