Dos de cada diez pesqueros se reforman sin autorización
Según una de las conclusiones obtenidas por Marina Mercante en la campaña de inspecciones aleatorias a embarcaciones de pesca desarrollada tras la sucesión de naufragios sufridos por estos barcos, dos de cada diez pesqueros españoles son reformados de forma irregular, sin autorización de la Dirección General de la Marina Mercante y sin que sus inspectores verifiquen si la nueva distribución de la nave compromete su estabilidad y la seguridad de la tripulación.
La campaña, que ha afectado a 110 barcos de distintos puertos españoles, ha confirmado las irregularidades denunciadas por expertos y asociaciones profesionales en los últimos años, como las del pesquero O Bahía.
El informe elaborado por un grupo de inspectores designados por Marina Mercante para revisar el estado de la flota asegura que la distribución real de del 16% de los buques no coincide con los planos incluidos en el despacho de estabilidad de la embarcación. El despacho de estabilidad es un documento que los armadores están obligados a llevar a bordo y recoge los planos originales de la embarcación. Las reformas -que deben ser aprobadas y supervisadas por un ingeniero naval de Marina Mercante- tienen que plasmarse en este libro, que también marca cómo deben distribuirse la carga, víveres y el combustible para que el barco no vea comprometida altura metacéntrica y comprometa su estabilidad.
Marina Mercante obliga desde hace dos años a que el armador, el patrón y el proyectista de cada barco firmen el libro de estabilidad y una declaración de que lo comprenden y saben utilizarlo. La medida suele cumplirse como un mero trámite, pero la campaña de inspecciones ha demostrado que casi la mitad (un 45%) de los patrones de pesca no están familiarizados con los procedimientos que define este documento. De hecho, cuatro de cada diez ni siquiera cumplen las prescripciones especiales que la Administración establece a cada buque, una serie de medidas restrictivas que los inspectores imponen a cada buque para garantizar la estabilidad y la seguridad de la embarcación.
Las medidas de seguridad previstas para impedir la masiva entrada de agua en el barco tampoco se cumplen a raja tabla, según los resultados de la campaña: un 10% de los barcos tienen estropeadas imbornales y otro 15% no tiene medios que garanticen el cierre permanente con estanqueidad total en el parque de pesca o sala de máquinas.