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Mangouras "contra todos"

l buque Prestige reunía perfectamente las condiciones de calados para entrar en el Puerto de La Coruña, por lo que, o el responsable obtuvo una información falsa, o ya tenía bajo ordenes superiores y premeditado negar la entrada del buque en el Puerto Herculino, denuncia Pladesemapesga.

" Mangouras admitió durante el interrogatorio que el calado del Prestige tras la maniobra de adrizamiento era de 16 metros y la abogada del Estado le informó de que el límite en el puerto de A Coruña era 14,5, según una norma militar de 1977. "

Antón Salgado Clavo, Portavoz del Grupo de Expertos no Gubernamentales en Salvamento Marítimo y Vicepresidente de la Plataforma en defensa del Sector Marítimo Pesquero de Galicia, hace un pormenorizado resumen de los acontecimientos tratados en el Juicio del Prestige este día 15 de Noviembre de 2012 y comienza informando que, Ángel del Real, capitán marítimo de A Coruña posteriormente ascendido a jefe de la Autoridad Portuaria de El Ferrol, dijo ante el juez de Corcubión que ordenó por escrito el alejamiento del Prestige hasta 120 millas de la costa «porque el barco estaba sobrecargado, el capitán había adrizado (nivelado) llenando los tanques de babor y, en consecuencia, hundiendo el buque hasta alcanzar los 21 metros de calado».

Sin embargo, a las 17.00 horas del 14 de noviembre, algunas horas antes de la orden de alejamiento, el barco de salvamento Alonso de Chaves informó al centro coordinador que el calado (la parte que navega debajo de la superficie del agua) era de 47 pies, es decir, 15,42 metros.

El puerto de A Coruña tiene una profundidad de 21 metros, e incluso su canal oeste llega a los 23,5.

O sea, o Del Real obtuvo una información falsa o ni siquiera la estimó porque en ningún momento quiso acercar el buque al puerto de A Coruña

La verdad que se oculta diez años después, y que se demuestra como que de forma "políticamente interesada agravando el riesgo para el litoral gallego" los gestores incapacitados a nuestro juicio, hicieron todo lo contrario a lo recomendado en las normativas y experiencias técnicas al efecto ya demostradas en ejercicios anteriores.
Antón Salgado Clavo, Vicepresidente de Pladesemapesga y portavoz del Grupo de Expertos en salvamento Marítimo, actuó de forma inmediata a requerimiento del diario el Mundo y del Periodista Gustavo Deus Catalán, facilitando el Plan de Contingencias y las conclusiones del Ejercicio La Coruña 201.

Las conclusiones del Ejercicio de La Coruña 2001 definitivas para el esclarecimiento de la Catástrofe del Prestige

El periodista Gustavo Deus Catalán, contó con la colaboración de Pladesemapesga, en reunión desarrollada en la Cafetería Manhatan de La Coruña, a los pocos días de la catástrofe, informando sobre los acontecimientos de la primera mano.

Pladesemapesga, facilitó a este periodista y a Green Peace, ejemplares del Plan Nacional de Contingencias y del Ejercicio La Coruña 2001.

La verdad que se oculta diez años después, y que se demuestra como que de forma "políticamente interesada agravando el riesgo para el litoral gallego" hicieron todo lo contrario a lo recomendado en las normativas y experiencias técnicas al efecto ya demostradas.

Un documento confidencial confirma que durante las primeras 24 horas no embarcó en el petrolero ni un experto en estructuras navales / El inspector enviado tenía la orden de arrancar para alejarlo

El Gobierno alejó el 'Prestige' sin seguir las instrucciones de su propio informe sobre accidentes

El Gobierno decidió alejar el Prestige de la costa el pasado 14 de noviembre sin seguir las instrucciones del informe oficial de la mesa de expertos que había participado en un simulacro de accidente el año anterior. Las autoridades dieron la orden de llevar el barco mar adentro 120 millas sin haber enviado un «técnico cualificado» para examinar la estructura del buque, tenían información de que el calado era suficiente para entrar en A Coruña y sabían que del Prestige salía sólo un «ligero hilo de contaminación», sin constancia de que presentara grietas.


Los que tomaron la decisión fueron el director general de la Sociedad de Salvamento Marítimo, Javier Gárate; el subdirector general de Tráfico y Seguridad Marítima, Manuel Nogueira; el capitán marítimo de A Coruña, Ángel del Real; el delegado del Gobierno en Galicia, Arsenio Fernández de Mesa, y el director general de la Marina Mercante, José Luis López Sors. Después de tomar esa opción, el grupo informó al ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, quien avaló el alejamiento del Prestige.

El simulacro

El 18 y 19 de septiembre de 2001, 30 empresas y organismos e instituciones oficiales -desde la Delegación del Gobierno en A Coruña o la Xunta hasta varios ayuntamientos, la Guardia Civil o la Armada- participaron en lo que se llamó Ejercicio de Salvamento y Lucha Contra la Contaminación Coruña 2001. Se trataba de un simulacro de accidente entre un carguero y un petrolero, 60 millas al norte de la Torre de Hércules.

En su informe final, la Mesa del Buque Siniestrado, compuesta por un ingeniero naval y un inspector de seguridad de la Capitanía Marítima de A Coruña, un jefe de área de Cooperación Marítima y el jefe de un centro de salvamento catalán, hace cuatro recomendaciones de carácter cronológico para minimizar el accidente.

En primer lugar habla del salvamento de las vidas humanas. El segundo paso es una evaluación de los daños. Aquí se pide información al capitán sobre el alcance de la avería y se ordena «confirmar la parada del vertido».

El tercer punto es clave y cuestiona la actuación del Gobierno en esta crisis. Textualmente señala: «Se requerirá la presencia en el buque de técnicos cualificados para evaluar la situación estructural y del equipo de gas inerte».

Y el cuarto apartado indica que «sobre la base del informe elaborado por los técnicos en el punto anterior» se actuará de acuerdo a dos supuestos distintos: «Caso de informe negativo: bajo ningún concepto se le permitirá la entrada ni a puerto ni a zona de fondeo (...) y, en todo caso, se le mantendrá siempre alejado de la costa. Caso de informe positivo: se considerará la posibilidad de dirigirlo a un lugar de fondeo adecuado a efectos de trasvase o trasiego de carga».

Según un documento confidencial al que ha tenido acceso EL MUNDO, en ningún momento de las más de 24 horas que pasaron desde el May Day enviado a las 14.15 horas del 13 de noviembre, hasta que el comité de crisis ordenó alejar el barco de la costa, embarcó en el Prestige experto alguno en estructuras navales.

En ese periodo estuvieron a bordo del Prestige tres técnicos de la empresa de salvamento Tecnosub y un inspector de la Capitanía Marítima de A Coruña, Serafín Díaz, que en ningún caso informaron al Centro de Coordinación sobre la situación estructural del buque.
En concreto, los trabajadores de Tecnosub pasaron en el petrolero 10 horas (desde las 8.15 hasta las 18.15 horas) y el funcionario coruñés, ocho (de las 9.50 a las 18.15).

José Luis Velasco, presidente de Tecnosub, ha confirmado a este periódico que dos equipos de su empresa estuvieron a bordo del Prestige. El primero, de tres personas, entró y salió el 14 de noviembre, el día que se ordenó alejar el petrolero. El segundo, compuesto por nueve expertos (incluidos los holandeses de Smit Tak), llegó al barco en la madrugada del día 15, cuando la decisión ya estaba tomada y el petrolero estaba a 60 millas.

Velasco aseguró que su primer grupo de técnicos fue al Prestige «bajo contrato de salvamento». «Fueron a amarrar el barco al remolcador y a hacer labores de asistencia. Vieron grietas en el barco, pero no estaban allí para valorar la estructura interna, ni tenían capacitación para ello. Para eso tiene técnicos la Administración».

Sin embargo, el inspector enviado por las autoridades tampoco tenía cualificación oficial para evaluar los daños del buque y sólo llevaba encima una orden: arrancar el motor del petrolero. Según varios expertos marítimos consultados por EL MUNDO, técnicos como Serafín Díaz no son ingenieros navales, ni están capacitados para analizar el esqueleto de un petrolero. Esas fuentes aseguran que el funcionario, «un profesional con mucha experiencia», fue enviado «sólo para arrancar las máquinas».

Ángel del Real, capitán marítimo de A Coruña hasta que el pasado martes fue ascendido a jefe de la Autoridad Portuaria de El Ferrol, dijo ante el juez de Corcubión que ordenó por escrito el alejamiento del Prestige hasta 120 millas de la costa «porque el barco estaba sobrecargado, el capitán había adrizado (nivelado) llenando los tanques de babor y, en consecuencia, hundiendo el buque hasta alcanzar los 21 metros de calado».

Sin embargo, a las 17.00 horas del 14 de noviembre, algunas horas antes de la orden de alejamiento, el barco de salvamento Alonso de Chaves informó al centro coordinador que el calado (la parte que navega debajo de la superficie del agua) era de 47 pies, es decir, 15,42 metros. El puerto de A Coruña tiene una profundidad de 21 metros, e incluso su canal oeste llega a los 23,5. O sea, o Del Real obtuvo una información falsa o ni siquiera la estimó porque en ningún momento quiso acercar el buque al puerto de A Coruña.

En cuanto al vertido, los hombres que decidieron poner mar de por medio entre A Coruña y el Prestige nunca tuvieron la certeza de que el barco se estaba desangrando a borbotones. Más bien lo contrario. A las 15.27 horas del 14 de noviembre, el remolcador Ría de Vigo informó de que no se apreciaba pérdida de fuel oil. Dos horas después, el Alonso de Chaves habló de «ligero hilo de contaminación». Esa noche, el Prestige recibió la orden de perderse en el mar, lejos del abrigo de un puerto y de una decisión políticamente peliaguda.