La SAO denuncia la pesca indiscriminada de especies de alto valor ecológico en Canarias
La Sociedad Atlántica de Oceanógrafos (SAO) ha denunciado ante la Viceconsejería de Pesca del Gobierno de Canarias y ante la Delegación del Gobierno la pesca deportiva indiscriminada de especies de alto valor ecológico en el archipiélago, como es el caso solicitando que se controle de forma efectiva la actividad de la flota recreativa de modo que se ajuste al reglamento vigente.
Según un comunicado de esta sociedad, se ha constatado que en los últimos años se han desarrollado regularmente pescas de especies demersales como un atractivo turístico más de las islas, sin tener en cuenta el grave impacto que se genera sobre dichas especies, como es el caso del tiburón ángel o angelote, cuya pesca o tenencia a bordo está prohibida en aguas de la Unión Europea.
En su denuncia, la Sociedad de Oceanógrafos señala que se debe evitar la pesca de especies bento-demersales de seláceos, estableciendo medidas reglamentarias para que en las licencias se aplique únicamente la pesca con suelta, prohibiéndose el izado de los peces abordo de la embarcación. Todo esto, añade, tiene mayor relevancia en tanto que las licencias colectivas, al igual que el resto de licencias recreativas, tienen prohibida la venta de la captura y máxime cuando la mayoría de los clientes de estas embarcaciones son turistas que no consumen las capturas realizadas.
En dicho comunicado a su vez aclara, que las embarcaciones dedicadas a la pesca recreativa, según el Reglamento de la Ley de Pesca de Canarias, requieren una licencia de primera clase de carácter colectivo, la cual sólo las posibilita a la pesca de recreo utilizando el curricán de superficie. No obstante, advierte de que algunas de estas embarcaciones están dirigiendo su actividad a la obtención de especies bento-demersales, por ser éstas más fácilmente capturables, entre las que destacan principalmente tiburones ángel, chuchos, ratones, mantelinas, rayas, torpedos, así como pequeños tiburones. En muchos casos estas especies, una vez subidas a bordo, son muertas para mayor seguridad de los turistas y, posteriormente, arrojadas al mar tras obtener la correspondiente foto de recuerdo.
Todas estas especies tienen un valor ecológico muy relevante en los ecosistemas marinos, ya que ocupan los niveles tróficos más altos de las cadenas tróficas, pero apunta que la mayoría de ellas tienen tasas de crecimiento muy bajas y niveles de fecundidad reducido, con lo que una pesca excesiva e indiscriminada puede provocar la sobreexplotación de estas especies y desequilibrios ecológicos difícilmente cuantificables.
La mayoría de estas especies, se encuentran catalogadas como altamente vulnerables o en peligro crítico de extinción por parte de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), y a nivel mundial se estima que la biomasa actualmente existente es menor al 10 por ciento de la registrada en la década de 1950 (Myer y Worm, 2003).
Por todo ello, la Sociedad de Oceanógrafos solicita en su denuncia que sea controlada de forma "más rigurosa y eficiente" la actividad pesquera de las embarcaciones dedicadas a la pesca recreativa colectiva, de modo que ésta se ajuste "estrictamente" a lo establecido en el Reglamento de Ley de Pesca de Canarias, y pide que se impida la captura de especies bento-demersales, principalmente de seláceos y de manera particular tiburón ángel o angelote .
Igualmente, plantea que se establezcan las medidas reglamentarias oportunas para que estas licencias de pesca recreativa colectiva practiquen únicamente la pesca con suelta, independientemente de la especie capturada, de modo que cualquier ejemplar que pueda ser pescado sea liberado vivo tras su captura, sin posibilidad de ser izado a bordo de la embarcación en ningún momento.