En marcha estrategia para salvar a la vaquita marina
Después de dos años de trabajo, la organización ecologista WWF/Adena junto con otros grupos extranjeros y el apoyo de agencias gubernamentales, ha lanzado oficialmente una Estrategia de Conservación para la vaquita marina, diseñada para reducir las amenazas a los 567 ejemplares que aún sobreviven.
La vaquita marina es un símbolo de muchos de los problemas a los que se enfrenta el océano hoy en día». Así define la situación el director del Programa Mares en Peligro de WWF, Simon Cripps. Este pequeño y singular mamífero marino sobrevive en una reducida área de las aguas mexicanas y no se encuentra en ningún otro lugar del planeta. De apariencia similar al delfín, sus reducidas dimensiones -entre 40 y 150 centímetros- la convierten en la marsopa más pequeña del mundo.
La principal causa de mortalidad de la especie es que queda enmallada en las redes usadas para la pesca del tiburón y otras especies. Así, atrapadas entre los hilos de nailon de las redes son incapaces de subir a la superficie para respirar y mueren ahogadas. «Se sabe que más de una sexta parte de la población de las vaquitas muere anualmente en redes puestas para atrapar legalmente a tiburones, mantarrayas o en redes puestas ilegalmente para atrapar totoabas», explica Juan Bezaury, director de WWF en México. En total, se calcula que cada año mueren por esta causa entre 40 y 80 ejemplares. Esto, unido a que la disminución de ejemplares pone en riesgo la variedad genética de la especie la convierten en el cetáceo más amenazado del mundo.
La preocupación por la desaparición gradual de este mamífero llevó a que en 1993 se prohibiera la pesca en el norte del Golfo de California y en las cercanías del delta del Río Colorado, pero ni la restricción ni las acciones para involucrar a los pescadores en el rescate de esta especie han sido suficientes para evitar su captura accidental, pues se estima que el 40 por ciento vive fuera del área protegida por el Gobierno mexicano. No obstante, no fue hasta 1999 cuando se publicó el censo más ambicioso de este animal, que estableció una población de unos 567 ejemplares. Así las cosas, la vaquita podría ser el primer cetáceo en desaparecer por la actividad humana si no se aplican medidas urgentes. Por ello, entre las claves de la Estrategia puesta en marcha figuran el establecimiento de un área protegida que cubra todo el área de distribución de la especie y el establecimiento de alternativas económicamente para los pescadores y comunidades locales. De no ser así, el futuro de esta especie estará seriamente comprometido.