Programa para retirar las redes abandonadas en el fondo oceánico
Las llamadas "redes fantasmas" abandonadas en el suelo oceánico por los pescadores comerciales se han convertido en un problema de tal magnitud en aguas del estado de Washington que dos agencias se han unido para comenzar a abordar este asunto.
Según la portavoz del http://www.wa.gov/dnr (DNR), Princess Jackson-Smith, a lo largo de los años se han dejado abandonadas tantas redes en el fondo oceánico del estado —que continúan atrapando peces y otras formas de vida natural—, que en la actualidad se estima que en el fondo hay cientos de toneladas de mallas, y parece que están empezando a causar un serio impacto en la ecología marina.
Como resultado de ello, apuntó Jackson-Smith, la Comisión de Crisis del Noroeste ha recibido una ayuda del gobierno federal para empezar a trabajar en un programa dirigido a abordar el problema con el DNR, comenzando con el desarrollo de una base de datos sobre la ubicación de las redes identificadas. Dicha concesión, valorada en USD 75.000 por un periodo de un año y otorgada por NOAA, también incluiría el coste de retirar cinco o seis redes este año.
La primera de ellas, encontrada hace aproximadamente un mes por los buzos de control del DNR durante una sesión de formación en Stuart Island, en el archipiélago de San Juan, fue retirada a principios de este mes con la ayuda de un equipo formado por unos 10 buzos del DNR. Los buzos liberaron la red —que medía cientos de pies de largo y pesaba entre dos y tres toneladas— de un arrecife y la elevaron hasta la superficie, donde fue colocada en una embarcación de cerco para su desecho en tierra.
Todd Myers, oficial del DNR, apuntó que el operario del cerquero y otros, como Skagit County Public Works, que acordaron con la comisión deshacerse de la red, ofrecieron sus servicios a precio de costo.
El levantamiento de la red fue tan importante desde el punto de vista simbólico que a él asistieron varios altos cargos oficiales del gobierno, incluyendo Doug Sutherland, comisario de Terrenos Públicos; Jeff Keonings, director de Washington DNR; el senador Bob Oke, que patrocinó recientemente un proyecto de ley dirigido a animar a los pescadores a que informen de las pérdidas de redes absolviéndoles de las sanciones que pueden enfrentar por el simple hecho de abandonarlas; y la comisaria del condado de San Juan, Rhea Miller.
Myers destacó que el DNR gestiona 2,4 millones de acres de terreno acuático, como el lecho marino de la población del estado de Washington, y las redes abandonadas —que siguen "pescando" durante muchos años después de ser abandonadas— han alcanzado un punto en el estado de Washington que las calificó de "problema significativo" para los peces, las ballenas, otros mamíferos marinos y las aves, así como para los buzos. Myers dijo que una mujer de 42 años de edad había muerto durante una campaña de limpieza submarina cerca de Tacoma en 1998, al enredarse en el material de pesca.
Señaló que las redes son tan peligrosas, y las tareas de limpieza del lecho marino tan arriesgadas incluso para los buzos profesionales, que el buzo jefe del DNR durante la campaña de retirada de redes de este mes se enredó no una sino dos veces, teniendo que ser liberado por sus compañeros.
Myers afirma que la red de cerco en cuestión, que se cree que había permanecido en el fondo oceánico menos de un año, se encontraba en aguas relativamente poco profundas y contenía espinazos de peces, algunos cangrejos muertos y unos cuantos vivos cuando los buzos bajaron a recuperarla. Los cangrejos vivos fueron puestos en libertad.
Jackson-Smith apuntó que uno de los problemas a los que se enfrentan las agencias es que hasta ahora no se ha llevado a cabo ningún estudio sobre la ubicación de las redes abandonadas, de modo que no se sabe con claridad qué zonas están más afectadas y por tanto necesitan más prioridad.