Los científicos confían en ganar la batalla al calentamiento
Un estudio reciente, financiado por la NASA, ha confirmado que, aunque se siguen liberando gases como el metano y el dióxido de carbono, los que causan el denominado efecto invernadero, el ritmo de crecimiento de las emisiones ha disminuido. Esta ralentización, junto con otras medidas, puede proporcionar una victoria en la batalla contra el calentamiento global, según opinan los científicos de EE UU.
Las razones de la disminución hay que buscarlas, sostienen los autores del estudio, en la cooperación internacional, que ha permitido reducir la emisión principalmente de gases CFC (clorofluorocarbonados) y de metano.
"El descenso es debido, en parte, a las acciones de cooperación internacional que surgieron del Protocolo de Montreal", ha manifestado James Hansen, del Instituto de Estudios Espaciales Goddard.
Pero también "al menor crecimiento en las emisiones de metano y dióxido de carbono", ha añadido el investigador. Según los científicos que han participado en este estudio, lo que conocemos como calentamiento global se debe a las emisiones de dióxido de carbono (CO2), gases CFC, metano, ozono troposférico y partículas de hollín.
El CO2, principal culpable
De todos ellos, las emisiones de CO2 son las que condicionan en mayor medida el cambio climático, pero, por el momento, son también las más complicadas de regular. En general, señala el estudio, el crecimiento de las emisiones de gases contaminantes se ha ralentizado en los últimos 20 años, con la inversión en la liberación de gases CFC como factor más importante.
El estudio, que Hansen ha realizado junto con Makiko Sato, de la Universidad de Columbia, en el Centro Goddard Space Flight -dependiente de la NASA-, señala el papel destacado que parece jugar el metano en el efecto de calentamiento de la Tierra.
Aunque es mucho menos abundante que el dióxido de carbono, "su efecto total en el calentamiento es sustancial" y su incremento provoca además un aumento de los niveles de ozono troposférico", uno de los ingredientes principales de la contaminación que se conoce como smog (niebla).
El smog es perjudicial para la salud humana y se considera que reduce, además, la producción agrícola. Hansen y Sato sostienen que, con la reducción en el crecimiento de las emisiones de metano es posible pensar en parar del todo su crecimiento, lo que conduciría a reducir sus concentraciones en la atmósfera.
Para los autores del estudio, otro factor importante a tener en cuenta en el calentamiento global son las partículas de carbono negro (hollín). Este agente es el resultado de una combustión incompleta de algunos combustibles y, en los países desarrollados procede principalmente de los camiones con motor Diesel y los autobuses.
0,7 grados más en 50 años
Los autores consideran que, aunque hace falta tiempo para desarrollar tecnologías que permitan reducir las emisiones de dióxido de carbono, el freno conseguido en el caso del metano y del hollín puede conducir al éxito en la batalla contra el calentamiento global.
Según James Hansen y Makiko Sato, el calentamiento que se prevé para los próximos 50 años es de 0,7 grados centígrados, considerando un uso de combustibles fósiles como el actual y un freno en las emisiones de metano.
Hansen ha señalado que esto es un logro significativo. Según la NASA, el estudio de Hansen y Sato confirma que las medidas medioambientales que se han tomado están teniendo un efecto positivo en el cambio climático.
Pero el estudio también nos recuerda, han indicado fuentes de la agencia espacial, que los gases que provocan el efecto invernadero se siguen liberando y que se necesitarán continuos esfuerzos para hacer descender las emisiones.