Greenpeace denuncia en el Día Mundial de los Océanos el abandono de las políticas para asegurar su protección
En el Día Mundial de los Océanos y en el Año Mundial de la Biodiversidad se dan más actuaciones contra quienes denuncian la desprotección de la biodiversidad marina que para proteger el futuro de nuestros mares
Greenpeace quiere llamar la atención en este Día Mundial de los Océanos por la falta de protección que sufren nuestros mares a pesar de las amenazas que se ciernen sobre ellos como la sobreexplotación pesquera, la contaminación, el cambio climático o la destrucción costera. Greenpeace recuerda que el futuro de nuestros océanos está en juego y que los organismos internacionales, cuya misión es protegerlos, están haciendo una dejación de funciones. Hay tres casos sobre los que la organización quiere llamar la atención ya que son un ejemplo de cómo no sólo no se están protegiendo los mares sino que además se está persiguiendo duramente a los que los defienden.
El primer caso se relaciona con la caza de ballenas, que no sólo se sigue permitiendo bajo el la falsa "caza científica" sino que se está juzgando duramente a los que la denuncian. A pocos días de la reunión en Marruecos de la Comisión Ballenera Internacional, dos activistas de Greenpeace, Junichi Sato y Toru Suzuki, están siendo juzgados por denunciar las mentiras de esta caza científica. Los activistas destaparon un escándalo de contrabando de carne de ballena que denunciaron ante la Fiscalía de Tokio, desvelando la corrupción y el desfalco realizado por el Gobierno de Japón para encubrir la caza "científica" de ballenas en el Santuario Antártico, una actividad financiada con dinero público. Hoy es la última jornada del juicio y han escuchado cómo la acusación les pide 18 meses de cárcel en un juicio marcadamente político y en el que Naciones Unidas ha reconocido que se han vulnerado varios derechos fundamentales (1). "Se debe juzgar la caza de ballenas, no a quienes demuestran su ilegalidad", ha declarado Celia Ojeda, responsable de la campaña Océanos de Greenpeace. "Las actuaciones de Junichi y Toru han sido siempre pacíficas y por el interés público. Es muy preocupante que puedan llegar a ser condenados a prisión." Esta es la mayor condena solicitada a un activista de Greenpeace en sus 40 años de historia.
El segundo caso toca muy cerca a España y a una de las especies icónicas de nuestros océanos, el atún rojo. Hasta el 15 de junio está abierta la temporada de pesca de esta especie única que viene a desovar a las aguas mediterráneas. Dos barcos de Greenpeace, el Arctic Sunrise y el Rainbow Warrior, han realizado acciones pacíficas cerca de las costas de Malta para denunciar que se continúe con la pesca del atún rojo a pesar de la crítica situación de esta especie, fruto de la mala gestión del organismo regulador de esta pesquería, la Comisión Internacional para la Conservación de Atún Atlántico (ICCAT en sus siglas en inglés). En ambos casos la respuesta por parte de los barcos atuneros ha sido violenta, llegando a herir a uno de los activistas de la organización con un arpón. La población de atún rojo ha descendido hasta un 15% de su población original, por lo que Greenpeace demanda el cierre de la pesquería y la creación urgente de un Santuario Balear (2) al sur de las islas Baleares, en zona de reproducción y alevinaje, petición respaldada por el Parlamento Balear y a la que el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino ha decidido hacer oídos sordos. "España debe dar ejemplo y proteger las aguas donde esta especie desova. Por ello, es imprescindible la creación del Santuario Balear antes de que sea demasiado tarde", ha añadido Ojeda. "Greenpeace está actuando de manera pacífica y tomando las riendas para salvar esta especie ya que los gobiernos no lo están haciendo."
Finalmente, otro ejemplo de las actuaciones políticas que promueven la pérdida de la biodiversidad marina es la aprobación de la Ley sobre el Catálogo Canario de Especies Protegidas del Gobierno de Canarias. Esta Ley rebaja la categoría de protección de muchas especies marinas. Entre otras, se limita la protección de la fanerógama marina Sebadal (Cymodocea nodosa) exclusivamente a los Espacios Naturales Protegidos y por tanto queda desprotegida en el entorno del proyectado puerto de Granadilla (Tenerife). Se elimina así el último escollo para construir el puerto, paralizado por la Justicia, que destruiría una extensión importante de hábitats marinos del sur de Tenerife. "El Catálogo Canario es incoherente con las medidas de protección de los océanos que reclama Naciones Unidas y así se lo hemos hecho saber hoy, junto con el resto de organizaciones ecologistas, al Defensor del Pueblo", ha declarado Pilar Marcos, responsable de la campaña Costas de Greenpeace.