El transporte irregular del petróleo. Hay petroleros que siguen burlando los controles de la UE
Índice del artículo
- Caso Prestige
- El naufragio del "Prestige" deja huella
Los armadores usan banderas de conveniencia para eludir la normativa sobre seguridad y defensa del medio ambiente
El hundimiento del petrolero "Prestige" ha vuelto a evidenciar las carencias de los actuales controles sobre estos buques. Pese al compromiso de la UE de extremar sus medidas de seguridad tras el accidente del "Erika", el nuevo suceso demuestra que continúa habiendo un tráfico marítimo peligroso. El caso es que el siniestro frente a Galicia lo protagoniza un buque de 1976 obsoleto y con insuficiente mantenimiento -parapetado tras una bandera de conveniencia- que ya había sido sancionado en dos ocasiones en 1999 -en los puertos de Rotterdam y Nueva York- por incumplir la normativa sobre seguridad. Lo peor es la severa amenaza que supone para la costa gallega, frente a la cual pasa el 10% del tránsito mundial de petroleros. La ruta atlántica entre la Costa de la Muerte" y Gibraltar registra cada día el paso de unos 600 petroleros.
l buque siniestrado reúne todas las características para ser "tragado" por el mar y ocasionar una tragedia. "Es un caso de libro", dice Mario Rodríguez, director de campañas de Geeenpeace. Se trata de un barco construido hace 26 años y con bandera de conveniencia -en este caso, Bahamas-, una estrategia que permite a los armadores sortear la normativa internacional en materia de seguridad, protección del medio ambiente y derechos laborales acogiéndose al pabellón de países que desoyen los tratados internacionales. Todo indica que un fallo de mantenimiento en el casco causó la entrada de una vía de agua. El barco carece de doble casco, una medida de seguridad que solamente cumple un tercio de los buques modernos.
El responsable de la Federación de Prácticos de los Puertos de España, Emilio Martín Bouza, se preguntó por qué un barco dedicado al transporte de sustancias peligrosas se encontraba en aguas europeas, cuando ha sufrido dos rechazos por las autoridades de vigilancia. La Comisión Europea se propuso -tras el accidente del "Erika"- la retirada de las aguas comunitarias de buques de bandera "subestándar", como la de Bahamas. Martín Bouza ve detrás la "presión económica" de los armadores, operadores y de las empresas, que hace que este tipo de naves todavía se encuentren en las costas europeas. La asociación ecologista francesa Robin des Bois indicó ayer que el barco estaba amarrado hace unos días en San Petersburgo, donde era usado como almacén de hidrocarburos.
Los grupos ecologistas, además, indicaron que "no basta con retirar el barco hasta aguas internacionales, sino que habría que extraer el fuel", según el portavoz de Greenpeace. La realidad es que el temporal hace que sea muy difícil acercar un barco cisterna para transferir la carga. Los ecologistas señalan que el Gobierno hace bien en alejar el petrolero de las aguas jurisdiccionales españolas para evitar un grave daño ecológico sobre la costa gallega; pero reclaman también recuperar el fuel, ya que existen recursos técnicos para ello y, además, es erróneo pensar que el combustible quedará confinado, porque, a la larga, la corrosión de los tanques facilitará un vertido que ocasionará también un daño ecológico en alta mar. Otras fuentes pronostican que si el barco se hunde, se precipitará sobre el abismo, se romperá su casco y se esparcerá inevitablemente su contenido.