Desastre ecológico de incalculables proporciones

El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF International) criticó enérgicamente la forma en que el Gobierno español respondió al naufragio del petrolero Prestige y advirtió de que las 60.000 toneladas de crudo que se hundieron con el barco podrían remontar a la superficie.

"Es una irresponsabilidad que el Gobierno español permanezca inactivo, con la esperanza de que este petróleo no remonte a la superficie", indicó ayer en un comunicado Simon Cripps, director del programa 'Mares en peligro' del WWF, con sede en Gland, Suiza.

Madrid "debe actuar urgentemente y con transparencia, con todos los medios apropiados para asegurarse de que tanto las comunidades costeras como las especies salvajes no sufran más daños", añadió.

El WWF lamentó que cerca de 14 kilómetros de flotadores hayan sido desplegados para proteger la costa noroeste de España, cuando según él, serían necerarios entre 80 y 100 kilómetros de barreras de protección.

Más flotadores

La organización ecologista pidió al Gobierno español que despliegue más flotadores para proteger la costa de las 12 capas de petróleo que se dirigen a la costa gallega.

Los barcos especialmente equipados de otros países estaban dispuestos a aportar su ayuda, pero no pudieron actuar debido a "una organización deficiente y una falta de coordinación por parte de las autoridades españolas", según WWF.

Cripps subrayó que si Madrid aportase los recursos necesarios para extraer el petróleo del casco hundido, evitaría "un desastre monumental". "Si no, el petróleo que quede, es decir dos veces las cantidad vertida por el naufragio del 'Exxon Valdez'", se dispersará a lo largo de las costas españolas y portuguesas", añadió.

Cripps hacía referencia a uno de los peores desastres petroleros, cuando el buque estadounidense 'Exxon Valdez' naufragó en Alaska en 1989, derramando 38.800 toneladas de petróleo sobre cientos de kilómetros de costa virgen.

El 'Prestige' se hundió el pasado martes a 3,5 kilómetros en el fondo del océano frente a las costas de Galicia, después de haber vertido en el mar miles de toneladas de crudo tras seis días a la deriva a causa de escape de agua en su casco.