Del Atlántico al Pacífico por el Ártico
La disminución de las masas de hielo abrirá antes de 2050 en el Ártico una ruta marítima en verano
La disminución del hielo en el Ártico abrirá para la navegación en verano al menos dos rutas comerciales en los próximos 50 años y quizá mucho antes, coinciden los estudiosos, quienes están ya seguros de que el clima alrededor del Polo Norte se ha templado significativamente en la segunda mitad del siglo XX, dentro del proceso de calentamiento global. Las nuevas rutas marítimas -por el este, en el archipiélago canadiense, y por el oeste, a lo largo de la costa rusa-, tantos años buscadas sin éxito en la época de la exploración ártica, afectarán al canal de Panamá, pero, sobre todo, a los recursos naturales y el medio ambiente de la zona y plantearán problemas políticos que los países ribereños, pero no sólo ellos, ya están estudiando.
Algunos ven en el Ártico el próximo origen de conflictos, otros ven una fuente de riquezas, y casi todos temen por la supervivencia de osos polares y morsas, entre otras muchas especies. 'Es la frontera de la exploración petrolífera', explica en la revista Science el geólogo Thomas Ahlbrandt. Pero tanto Canadá como Rusia han reclamado el control de las aguas costeras delimitadas por las islas cercanas, según la Convención de Naciones Unidas sobre Derecho del Mar. Estados Unidos, que no ha firmado este tratado, se muestra reticente a reconocer este derecho. El Ártico es una de las zonas en las que está más claro el calentamiento global, pero queda mucho por saber. El consenso científico sobre la disminución del hielo en el casquete polar se basa en datos muy contundentes, obtenidos sobre todo en los años noventa. La extensión del hielo se ha reducido en un 5% entre 1978 y 1998, lo que en sí no es muy alarmante. Sin embargo, el estudio de datos de sonar tomados desde submarinos mostró que el espesor del hielo ha disminuido nada menos que en un 43% entre 1950 y mediados de los noventa y hace unos años se observó por primera vez el Polo Norte libre de hielo. También la temperatura del aire en superficie ha aumentado significativamente entre 1970 y 2000.
Sin embargo, desde 1998, el ritmo de desaparición del hielo se ha frenado mucho, señalan los científicos, lo que indica oscilaciones climáticas naturales todavía no entendidas y los datos de los submarinos parecen responder a zonas determinadas especialmente afectadas por la variabilidad debida a cambios en los vientos. De todas formas, los modelos de ordenador de la evolución del hielo en condiciones de aumento del efecto invernadero coinciden en augurar una clara disminución del hielo durante este siglo, sin que llegue a desaparecer.
Con la alarma suscitada por los datos los científicos se han lanzado a intentar explicar los mecanismos que rigen el clima en el Ártico y se han fijado en una oscilación climática errática que han llamado oscilación ártica (la oscilación climática más conocida es la de El Niño, que afecta al Pacífico).
Los más recientes modelos que tienen en cuenta este mecanismo dan resultados diferentes, pero todos indican una disminución del hielo y la apertura de al menos una ruta marítima, lo más pronto en 2010, lo más tarde en 2080, y la mayoría para 2050. Aun teniendo en cuenta las incertidumbres 'la opinión científica predominante es que habrá mucho menos hielo en el Ártico en el futuro que el que ha habido en el pasado', en palabras de John Falkhingam, del Servicio de Hielo de Canadá.