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El mejillón cebra 'cierra' el río Arratia en el inicio de la temporada de pesca en Bizkaia

Los 7.300 pescadores vizcainos con licencia podrán practicar este deporte en diez cotos del territorio

Los amantes de la pesca en Bizkaia verán reducidos los puntos donde podrán echar la caña esta temporada por la presencia del mejillón cebra en el territorio vizcaino. El pasado fin de semana daba comienzo la temporada de pesca con diez cotos ordinarios, tres menos que en 2011. La Diputación Foral de Bizkaia ha restringido la veda en el río Arratia en toda su longitud, incluyendo el embalse de Undurraga, hasta su desembocadura con el Ibaizabal. Una medida necesaria para evitar la propagación de esta especie invasora que avanza poco a poco por los cauces fluviales. "Tendremos que cambiar de zona para pescar, una pena. Es una zona maravillosa para ir de pesca. Los fines de semana iba con mi hijo cerca del embalse de Undurraga y siempre traíamos un par de truchas para cenar", relata Ángel García, pescador de Lemoa.

La temporada de pesca en el territorio histórico permanecerá abierta hasta el 31 de julio. Se estima que alrededor de 7.500 pescadores participen en la campaña de pesca fluvial de este año durante este periodo hábil para la captura de salmónidos en aguas libres. Será obligatorio que porten toda la documentación que fija la ley para poder ejercitar la pesca fluvial en Euskadi.

La pesca atrapa y gusta a miles de vizcainos de todas las edades. "Pica el gusanillo y luego te pide coger la caña. Es relajante y un buen plan para pasar un día en familia", comenta Julen Martínez, de Igorre. La temporada se mantendrá abierta hasta el 30 de septiembre en las zonas libres de los embalses de Artibai (Alonsotegi), Zollo (Arrankudiaga), Loiola y Castaños (Barakaldo), Aixola (Ermua), Aranzelai y Lekubaso (Galdakao) y La Cuadra (Güeñes). Además, la pesca será libre para ciprínidos como la loina, el barbo y la anguila, entre otros, en tramos de ríos próximos a su desembocadura en algunos embalses, como los cauces, de Artibai, Butrón, Kadagua, Herrerías, Nerbioi, Mayor y Oka, así como en los embalses de El Regato y Lertutxe, y el pozo de Ostión, en La Arboleda.

Para poder practicar este deporte es necesario garantizar que los ríos del territorio estén limpios. En este sentido, hay que destacar la labor que se está llevando a cabo para la limpieza de los cauces y, por el otro, para la repoblación de los mismos. Si bien el principal objetivo de la Diputación para llevar a cabo las repoblaciones de los ríos es "fomentar la diversidad biológica", también se trabaja pensando en la pesca recreativa. Con más de 7.000 licencias activas, la demanda de los pescadores vizcainos es cada vez mayor. Los amantes de esta práctica deportiva creen que el trabajo de las instituciones para mejorar la calidad de las aguas se hace "cada vez más patente". "Si los ríos están sucios no se consigue nada. Es fundamental su limpieza", afirman desde la Federación de Pesca vizcaina. El ente foral también desarrolla otro tipo de actuaciones para la supervivencia de las especies, tales como mejorar su hábitat cuidando los ríos. "Con el salmón se está haciendo un trabajo muy importante. Por ejemplo: poniendo escalas para que pueda remontar las corrientes y los saltos más pronunciados", destacan. Fruto de este trabajo, el resultado más significativo es que a día de hoy el salmón se deja ver por los ríos vizcainos. De hecho, desde hace tiempo, se pueden ver en el Lea, el Mayor y, en menor medida, en el Karrantza, algo impensable hasta hace poco. En los dos primeros, además, se ha propiciado el retorno de ejemplares adultos provenientes del mar. En el río Lea, la Diputación ha contabilizado 37 entradas en estos últimos diez años, de las cuales 15 eran hembras que remontaban la corriente para desovar. En el Mayor se han avistado otros 37 regresos, 19 de los cuales correspondían a hembras. Todos ellos fruto de la repoblación que se lleva a cabo desde 1998.

También es posible ver, cada vez con más frecuencia, la trucha común, otro de los emblemas de los ríos vizcainos. Esta especie, que se diferencia de la arco iris -más habitual- por los lunares rojos que cubren su lomo, estaba casi desaparecida, y la mayor parte de los ejemplares, confinados a los cursos fluviales más altos, los de mayor oxigenación y los más alejados de los núcleos urbanos.

Desde que en 2004 se logró criar los primeros alevines de trucha común en cautividad provenientes del río Artibai, la Diputación ha repoblado los ríos periódicamente con ellos, pero solo aquellos tramos que están vedados, para mayor protección de la especie. Concretamente, se ha procedido a soltar ejemplares en las cuencas del Butrón, Agüera, Mayor, Amorraga, Lakubaso y Artibai. En total, en los últimos cinco años se han incorporado 49.770 alevines de esta especie y 78.394 salmones a los ríos de Bizkaia. Con la vista puesta en la pesca recreativa, la Diputación también realiza repoblaciones de truchas triploides. Una variante estéril de la especie sin peligro de interferir con la raza común. En los últimos cinco años se han introducido 35.282 ejemplares de este tipo de producción propia en los centros forales de alevinaje de Trutzios y Orozko, y otras 22.556 suministradas por productores externos.

El único arte de pesca autorizado es la caña de pescar y dos unidades como máximo por pescador, quedando prohibida la utilización de peces vivos o muertos como cebo. La normativa que regula la pesca es muy estricta. Con carácter general en los tramos libres no se podrá pescar los martes, y el horario hábil será el comprendido entre el amanecer y el anochecer.