Bate el récord del mundo de apnea al bajar a 150 metros de profundidad
Walid Boudhiaf batió el récord del mundo de apnea en peso variable. El apneísta tunecino descendió hasta los 150 metros en aguas del mar Rojo en la costa de Sharm el Sheikh en Egipto. El pasado 17 de enero permaneció debajo del agua 3:43 minutos. Superó los 146 metros, anterior plusmarca, fijada por el griego Stavros Kastrinakis el 1 de noviembre de 2015.
Boudhiaf, de 43 años, forma parte del equipo de deportistas de la Federación de Pesca Deportiva de Túnez. Ganó dos oros en la Copa Mundial de Apenea, celebrada en Grecia en septiembre de 2020. De madre francesa y padre tunecino, vive en Colombia desde hace más de una década. Días antes de lograr el récord ya había bajado hasta los 146 metros en uno de sus entrenamientos tras superar uno de los problemas que siempre se encontraba al llegar a hasta profundidades: la narcosis.
"Finalmente logré superar uno de los obstáculos más grandes con los que he estado luchando durante mucho tiempo en mi carrera como apneísta de profundidad : la narcosis. Nunca tuve ningún problema con la compensación, ni la "adaptación pulmonar", pero por alguna razón, este molesto letargo seguía asomando su fea cara tan pronto como alcanzaba nuevas profundidades", explicaba a su cuenta de Facebook.
El control mental ha pemitido a Walid Boudhiaf superar este problema bajo el agua: "He estado probando diferentes métodos para controlarla o tratar de adaptarme, desde esperas profundas hasta tablas duras de CO2 y cambios en la dieta. Pero finalmente descubrí que el mejor método está en nuestra mente. La forma en que percibimos la experiencia de una inmersión profunda tiene una gran influencia en el resultado final.
Por lo general, me pongo en un estado mental indiferente y 100% relajado durante mis inmersiones profundas de peso constante y en piloto automático, pero esto no es suficiente y en realidad puede ser perjudicial".
"He estado trabajando mucho con una mentalidad diferente, donde me concentro en estar presente y analizar cada detalle de la inmersión, cada sensación y hacer que sea una experiencia aún más agradable. Y funciona", concluye Boudhiaf. Visto su récord, es más que evidente que ha funcionado.