2 turistas españoles desaparecen en un naufragio en el mar Rojo
La pareja y otros 12 submarinistas españoles iban en el barco hundido
La que debía haber sido una plácida travesía para bucear en las aguas cristalinas del mar Rojo se convirtió ayer en un trágico ejercicio de supervivencia para 14 turistas españoles. El barco en el que iban se hundió al amanecer en las cercanías de la localidad egipcia de Sharm el Sheij. Los ocupantes del Coral Princess pudieron llegar a tierra tras escapar en balsas salvavidas, excepto dos valencianos, Israel Pérez Muñoz y María Lourdes González Villaroya, ambos de 33 años que quedaron aparentemente atrapados en los camarotes. Ambos se encontraban ayer por la tarde en paradero desconocido y, según fuentes diplomáticas españolas, «las perspectivas de encontrarlos con vida son malas».
De los 14 españoles, 11 habían contratado su viaje con la agencia Turing a través del club de buceo Dolphin’s, ubicado en la localidad alicantina de Xàbia. Una responsable de esta empresa de submarinismo explicó a este diario que la pareja desaparecida ya había participado en otras actividades organizadas por ellos. La mujer, acto seguido, se vino abajo al recordar que en la trágica travesía también viajaba su hijo, que es monitor del club. «Hemos conseguido hablar con él; nos ha dicho que los han llevado al hotel y que están todos bien, que el oleaje era muy fuerte en el momento del naufragio. Ahora solo les preocupan sus dos compañeros».
Tanto Lourdes como Israel, que es policía, están inscritos en la Federación de Actividades Subacuáticas de la Comunidad Valenciana. El presidente de esta entidad, Antonio Buigues, recordó ayer que la zona en la que se produjo el suceso es uno de los paraísos de los submarinistas, que suelen embarcar en el parque natural de Ras Mohamed. «En estos momentos es temporada baja –dijo–, lo que permite acceder a mejores ofertas y no coincidir con tanta gente». No obstante, en los últimos años, el turismo de buceo en Sharm el Sheij se ha masificado tanto que, según denuncian varios aficionados, salen decenas de barcos al día, algunos de ellos con muy pocas garantías de seguridad.