Se han descubierto más de 600 especies nuevas en la Amazonía, y la mayoría ya están en peligro
La actividad humana está llevando a las especies al borde de la extinción a un ritmo alarmante. Un millón de especies están en peligro de desaparecer para siempre, la peor cifra en la historia de la humanidad. Y los últimos estudios señalan que la pérdida de biodiversidad se está produciendo mil veces más rápido que si ocurriera de forma natural.
Ahora la ciencia ha documentado 600 nuevas especies de plantas y animales en la Amazonía (entre ellas varios primates, loros, serpientes y anfibios). Pero, desafortunadamente, estas buenas noticias llegan cuando su hábitat ya corre grave peligro, debido a la expansión de la deforestación para dar paso a más cultivos agrícolas, la minería y la construcción de presas.
Desde agosto de 2018 hasta julio de 2019, la Amazonía perdió casi un millón de hectáreas de bosque, la tasa más alta de deforestación de la última década. Si a esto le sumamos la catastrófica política ambiental del presidente brasileño Bolsonaro, tenemos una bomba de relojería con enorme potencial para generar daños irreversibles.
Proteger la Amazonía es fundamental para frenar la emergencia climática y garantizar la vida de todas las especies y personas que dependen de ella. La ciencia advierte de la posibilidad, cada vez más real, de alcanzar un punto de no retorno, en el que los bosques ya no podrán recuperarse.
No podemos permitirnos seguir perdiendo maravillas que ni siquiera hemos llegado a conocer. Desde Greenpeace seguiremos demandando acciones urgentes para frenar la pérdida de biodiversidad y proteger los bosques y océanos del mundo, desde la lucha contra la deforestación en las selvas de Indonesia y la Amazonía al trabajo para conseguir un Tratado Internacional de los océanos que proteja como mínimo el 30% de los océanos para 2030.