Gran Barrera de Coral australiana ejemplo de conservación
Más de 350 tipos de coral pétreo (de las 400 clases de scleractinia que se conocen), seis de las siete especies de tortugas marinas (entre ellas, el enclave alberga uno de los lugares de cría de la gran tortuga verde, en peligro de extinción), 215 especies de aves (de las cuales 29 son marinas), 800 tipos de equinodermos (como las estrellas de mar), más de 1.500 especies de peces, entre 5.000 y 8.000 moluscos y miles de variantes de esponjas y crustáceos, así como más de 30 especies de mamíferos marinos –ballenas, delfines, dugongs, etcétera– dibujan la diversidad biológica que alberga la Gran Barrera de Coral australiana.
Trabajar en su conservación viene siendo una de las prioridades del Gobierno autraliano. Un ejemplo, el Plan de Zonificación de la Reserva Marina por el que se ha incrementado en más de once millones de hectáreas los santuarios marinos del Parque. Un esfuerzo que le ha valido al Gobierno australiano el reconocimiento de la organización WWF/Adena, que le ha concedido el «Regalo a la Tierra».
«La Gran Barrera de Coral es uno de los mayores tesoros naturales marinos del mundo, y al reconocerlo así, el Gobierno australiano se ha mostrado como un líder mundial en la conservación» y, por tanto, un ejemplo a seguir, ha manifestado James Leape, director general de WWF/Adena Internacional.
La diversidad biológica de la Gran Barrera de Coral, formada a lo largo de 12.000 años, es, además, un ejemplo de turismo sostenible. La industria basada en el coral ha contribuido con 5.866 millones de dólares (5.183 por el turismo) a la economía australiana y ha permitido a 63.000 personas acceder a un puesto de trabajo, según el último informe financiero facilitado por el departamento del Parque Marino de la Gran Barrera de Coral, del Gobierno australiano.
El turismo ecológico es la gran baza del Gobierno australiano. En 2004, casi dos millones de personas (concretamente 1.949.000, aproximadamente 300.000 personas más que en el año 2000) se acercaron a este enclave natural. Solamente las actividades recreativas en el Parque Marino, incluida la pesca deportiva, generan al año de media 610 millones de dólares.
¿Pero en qué consiste realmente el Plan de Zonificación? Las autoridades australianas han incrementado en un 28,5 por ciento el espacio en donde tanto la pesca deportiva como la comercial están prohibidas, aunque otras actividades como transitar en barco o el submarinismo sí están permitidas. De los 348.700 kilómetros cuadrados por los que se extiende la Gran Barrera de Coral australiana, solamente 710 kilómetros cuadrados –es decir, menos del uno por ciento– forman la zona de especial preservación, un área de acceso prohibido.
«Proteger y restaurar la capacidad de recuperación de la Gran Barrera es el objetivo principal para su futuro. La red de áreas estrictamente protegidas y delimitadas en el plan será una de las principales contribuciones» para lograrlo, ha añadido Leape.
Sin embargo, sólo este plan no asegurará, según WWF Australia, el futuro de la Barrera de Coral. La principal amenaza que se cierne sobre este enclave es el cambio climático. El blanqueo de los arrecifes sucede cuando el coral está expuesto a un agua más cálida de lo que es habitual. El primer registro de blanqueo de coral en este enclave data, según el Gobierno australiano, de 1980, pero fue en 1998 (cuando en algunas zonas de la Gran Barrera la temperatura del mar estaba entre uno y dos grados por encima de la habitual para ese período) y, sobre todo, en 2002, cuando se detectó un mayor porcentaje de arrecifes dañados. Asimismo, la pesca de arrastre y la presión sobre los recursos pesqueros es otra de las amenazas que se tendrá que afrontar para la supervivencia de Parque Marino.