Dudas sobre compromiso de Australia para proteger ballenas
Los cuestionamientos a la posición del gobierno australiano sobre la caza de ballenas por barcos japoneses siguen en aumento hoy, tras la publicación de nuevos documentos secretos filtrados por el sitio digital Wikileaks.
Según cables diplomáticos estadounidenses, la postura del ejecutivo australiano al respecto no sería tan severa como aparenta, por lo que permitiría a los pesqueros nipones continuar en sus labores con supuestos intereses científicos.
En virtud de ese arreglo, Japón debería disminuir de manera notable la cacería de cetáceos, cuya captura con finalidad comercial está prohibida en casi todo el mundo, excepto en Noruega.
Varios movimientos ambientalistas australianos cuestionaron la actitud de la actual administración, a la cual acusan de doble moral al exhibir una cara en público y otra en negociaciones privadas.
Además, estiman que ese comportamiento afectará las intenciones del país de llevar a Japón ante la Corte Internacional de Justicia por ese tema.
Otros mensajes desclasificados revelan la presunta oposición de los ministros de Relaciones Exteriores y del Comercio a entablar esa demanda, por su escasa confianza en el éxito de un proceso que resultaría complicado y extenso.
El senador por el Partido Verde Bob Brown mostró su esperanza de que este escándalo conduzca al gobierno de la primera ministra Julia Gillard a asumir una línea más dura y ejercer mayor presión sobre Tokío.
Para ello, sugirió el uso de mecanismos diplomáticos y legales, junto al incremento de la vigilancia naval.
Entretanto, el ministro de Medioambiente, Tony Burke, desmintió este martes de manera categórica la existencia del referido acuerdo y destacó el compromiso gubernamental de detener la caza ballenera y el rechazo absoluto a esa actividad.
Grupos ecologistas como Sea Shepherd denuncian y combaten periódicamente las masacres de cetáceos perpetradas por pesqueros de Japón en aguas del océano Pacífico.
El fin de semana último activistas de esa asociación obstaculizaron las labores de tres balleneros japoneses, en enfrentamientos que habitualmente se desarrollan con disparos de cañones de agua.