Avistan dos ejemplares de tiburón peregrino a una milla de la playa ferrolana de Doniños
Dos aficionados al submarinismo, se encontraron el pasado sábado con una «impresionante sorpresa» cuando regresaban de una jornada de pesca. Un tiburón peregrino «tan grande como la planeadora» asomaba la aleta dorsal a tan solo una milla de la playa de Doniños, en Ferrol.
Al principio dudaron. «No sabíamos si era un pez luna», pero cuando lograron acercarse, comprobaron que se trataba de un ejemplar inofensivo, enorme eso si, de unos 6 a 7 metros. Y es que los tiburones peregrinos, a pesar de su tamaño y su aspecto agresivo, apenas tienen dientes y se alimentan exclusivamente de plancton. Cuando continuaron rumbo a puerto se toparon con otro ejemplar «algo más pequeño», que no superaba los tres metros.
Durante el último mes han aparecido en la zona del golfo Ártabro más ejemplares, que llegan a nuestras costas empujados por la temperatura del agua y los bancos de plancton, según explica Juan Ignacio Díaz da Silva, responsable de mamíferos marinos del CEMMA/SGHN. Esta especie puede permanecer en una ensenada hasta que agote la mancha de nutrientes, y suele tratarse de ejemplares desperdigados. Se trata de una especie «totalmente inofensiva» que, además, no rehúye de la presencia de embarcaciones a su lado. Actualmente es una especie protegida y está prohibida su captura y también su comercialización.