¿Amenazará a las especies del mar de Barents ? Un proyecto de extracción de gas levanta sospechas de viabilidad ambiental.
Un proyecto de extracción de gas levanta sospechas de viabilidad ambiental, puesto que son muchos los que afirman que podría repercutir negativamente en la pesca de la zona.
Según la agencia AFP, está a punte de comenzar la explotación de un gigantesco campo de gas que Noruega , valorado en miles de millones de dólares y que los habitantes de la ciudad más septentrional del mundo, Hammerfest, confían en que aporte puestos de trabajo y habitantes a su decaída población.
El 7 de marzo, está previsto que el Parlamento noruego dé luz verde al proyecto, que ha ido pasando de administración en administración desde que se descubriera el campo de gas en 1984. El proyecto lo dirige el grupo petrolero estatal Statoil y también participan en el mismo varios socios como el grupo energético francés Gaz de France y TotalFinaElf.
"Algunos dicen que es una broma, porque ha estado dormido durante tanto tiempo que llaman al proyecto Blancanieves", comentaba el gerente superior de Statoil, Halvor Engebretsen. Blancanieves, o Snoehvit en noruego, será el primer campo de gas que se explotará en el mar de Barents cuando empiecen las perforaciones en el año 2006. Dispone de unas reservas de aproximadamente 193.000 millones de metros cúbicos de gas natural y 113 millones de barriles de condensado.
Este negocio podría constituir un salvavidas para las personas habitantes de esta deprimida zona de Noruega, que sufre una crisis en el sector pesquero.
La esperada aprobación del Parlamento noruego es probable que levante la ira de los grupos ecologistas, que ya han convocado varias manifestaciones en contra del proyecto. Sin embargo, la asociación ecologista internacional Greenpeace se ha mantenido al margen del debate —sus protestas por la caza de ballenas protagonizadas en los últimos años la han hecho muy poco popular en una ciudad que depende plenamente del mar y sus riquezas. No obstante, otros grupos como Natur og Ungdom (naturaleza y juventud), ya están en pie de guerra.
Los ecologistas temen que este proyecto sea el primero de una larga serie de actividades de explotaciones petrolíferas en el mar de Barents, uno de los más limpios del mundo que posee algunas de las mayores poblaciones de peces del mundo. Argumentan que las perforaciones de Blancanieves comportarán una subida del 2% de las emisiones de dióxido de carbono en Noruega, con lo que impedirán que el país cumpla con los objetivos fijados por el Protocolo de Kyoto sobre la reducción de las emisiones de gas invernadero.
"Blancanieves liberará 860.000 toneladas de dióxido de carbono anuales, lo que equivale a las de 300.000 coches", disparaba John Eric Prydz, un joven de dieciocho años que dirige la delegación local de Natur og Ungdom. Pero dichos argumentos encuentran poco apoyo entre los habitantes locales.