Un informe de Oceana y Caixa Catalunya alerta de la gran desprotección de las especies marinas
Aunque la gran mayoría de estas especies están sobreexplotadas, las listas rojas autonómicas valenciana, catalana y murciana no incluyen ninguna y Baleares solo reconoce al boquerón y al chanquete En Peligro y a la corvina En Peligro Crítico
La acuicultura incrementa la presión sobre las especies de menor tamaño, que se utilizan como pienso y dejan sin alimento a los grandes depredadores
Oceana y la Obra Social de Caixa Catalunya han editado el informe Especies amenazadas, que señala las deficientes medidas de protección sobre las especies marinas. En concreto, en la zona del Mediterráneo, el informe alerta sobre la grave situación que atraviesan las especies marinas comerciales. Estas, a pesar de estar sobreexplotadas en la gran mayoría de los casos, se encuentran totalmente desprotegidas hasta el punto de hipotecar su supervivencia y, en consecuencia, el equilibrio ecológico y el futuro del sector pesquero de las comunidades autónomas bañadas por estas aguas.
Solo los stocks de sardina (Sardina pilchardus), boquerón (Engraulis encrasicolus), merluza (Merlucccius merluccius), salmonete (Mullus surmuletus) y gamba roja (Aristeus anetennatus) han sido evaluados en las aguas que bañan estas regiones. La Comisión General de Pesca del Mediterráneo, que se reúne en Atenas entre el 14 y el 17 de este mes, los califica a todos como sobreexplotados o completamente explotados. Sin embargo, existen muchos otros en esta misma situación en el Mediterráneo que aún están pendientes de evaluar.
Especies como el pez espada (Xiphias gladius), se encuentran sometidos a una fuerte presión pesquera sin ningún tipo de regulación hasta el momento en todo el Mediterráneo. Otras como el mero (Epinephelus marginatus), catalogado como En Peligro por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, encuentran fuertes reticencias para formar parte de legislaciones vinculantes.
En España, las listas rojas de las distintas comunidades autónomas apenas recogen especies marinas de interés comercial y, además, son incoherentes entre sí. Se dan casos como Baleares, que únicamente reconoce al boquerón y al chanquete En Peligro y a la corvina En Peligro Crítico, mientras Catalunya, la Comunidad Valenciana o Murcia no incluyen a ninguna. A esto se añade la falta de medidas de gestión efectivas.
La importancia de las especies comerciales es bien conocida en términos socio-económicos, pero no hay una percepción real de su importancia ecológica. Es el caso de las especies de alta mar, los pequeños pelágicos como el chanquete (Aphia minuta mediterranea) o el boquerón (Engraulis encrasicolus), que forma parte de la base alimenticia de depredadores mayores como el atún (Thunnus sp.) o varias especies de cetáceos.
Según Ricardo Aguilar, Director de Investigación de Oceana Europa, “el tratamiento marginal que tienen las especies comerciales lo hemos podido comprobar en el resultado de la reunión de CITES en Doha, que no ha protegido ninguna de las cuarenta especies marinas propuestas. Esta situación se agrava para los pequeños pelágicos, sobre los que no existe percepción de amenaza ni intención de protección, pese a su importancia ecológica y a la presión pesquera, en aumento por los cultivos acuícolas”.
El incremento de piscifactorías y jaulas de engorde genera mayor presión sobre los pequeños pelágicos. El Levante español sostiene una de las mayores densidades de jaulas de engorde del Mediterráneo, lo que implica una alimentación a base de harinas de pescado, en su mayoría fabricadas a partir de estas especies. Por ejemplo, engordar 1 kg de atún requiere en torno a 15-20 kg de pescado[1] y 1 kg de salmón se consigue con unos 5 kg de otras especies[2].
Para Miquel Rafa, director de medio ambienta de Caixa Catalunya, “el objetivo final del informe Especies Amenazadas es proponer a la UE que se reconozca el estatus de conservación de algunas especies amenazadas y que se refuerce la legislación comunitaria en esta materia”.
El informe Especies Amenazadas representa un trabajo pionero, al incluir en un mismo listado las especies marinas contempladas en los diversos convenios internacionales de protección con aplicación en Europa y legislaciones nacionales y regionales. Este listado muestra las especies marinas europeas sobre las que ya hay acuerdo para su conservación pero, sin embargo, carecen de una protección eficaz en muchos casos. Por otro lado, se evidencia la falta de coordinación entre los diferentes convenios internacionales para la protección de especies, así como con la normativa española, donde el Catálogo Español de Especies Amenazadas apenas incluye especies marinas.
Además de la falta de coherencia entre los listados, la legislación internacional adolece de poca ambición. El nuevo listado presentado por Oceana y Caixa Catalunya Obra Social reúne más de 400 especies marinas europeas sobre cuya protección existe consenso científico y político. Esta cifra demuestra el enorme retraso que existe en la conservación del medio oceánico, ya que el último recuento del Censo para la Vida Marina identifica unas 320.000 especies. Teniendo en cuenta que solo se conoce en torno al 5% de los fondos marinos del mundo, es urgente aumentar la investigación sobre el mar y reforzar la protección de éstos antes de que sufran daños irreversibles.
La representatividad de especies marinas protegidas en Europa y en España es minúscula. La Directiva Hábitats recoge alrededor de 1.182 especies, de las que solo 14, más dos taxones, son marinas. El Catálogo Español –actualmente en proceso de revisión– tiene 39 entre las más de 600 que incluye.
Por otro lado, el año 2010, declarado Año Internacional de la Biodiversidad, no debe dejar de lado el medio marino. La conservación de la biodiversidad y de los recursos marinos es una de las principales asignaturas pendientes en los convenios y políticas internacionales de conservación de la naturaleza. Ha llegado la hora de actuar en el medio marino antes de que sea demasiado tarde para muchas especies clave para estos ecosistemas, tanto las de interés comercial y gastronómico, como las que no tienen un provecho directo para el ser humano.