Investigadores del IEO desvelan nuevas claves del éxito de las arqueas marinas, un grupo de microorganismos particularmente abundantes en ambientes extremos
Durante el invierno ártico, en total oscuridad y bajo una capa de hielo de dos metros, son capaces de triplicar sus poblaciones utilizando urea como fuente de energía
Un estudio liderado por la investigadora Laura Alonso Sáez del Centro Oceanográfico de Gijón del Instituto Español de Oceanografía (IEO) desentraña las claves del éxito de un grupo de microorganismo marinos -las arqueas- particularmente abundantes en ambientes marinos extremos como las aguas polares en invierno y el océano profundo. Los científicos han mostrado la importancia de un producto de desecho, la urea, para el metabolismo de estos microorganismos.
Este trabajo, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), ha contado con la colaboración de científicos del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC y diversas universidades internacionales en Suecia (Uppsala University y Linnaeus University), Alemania (European Molecular Biology Laboratory), Dinamarca (University of Copenhagen), Canadá (Université Laval) y Estados Unidos (University of Michigan y University of Georgia).
El estudio se llevó a cabo durante la campaña oceanográfica canadiense ‘Circumpolar Flaw Lead study’, que se desarrolló en el Ártico a bordo del rompehielos Amundsen durante un ciclo estacional completo, incluyendo la época más desconocida hasta ahora, el invierno polar.
En invierno no hay luz en el Ártico y los microorganismos marinos tienen que subsistir bajo una capa de hielo de casi dos metros de grosor. Los científicos observaron que, en estas condiciones, las arqueas no solo subsisten sino que crecen hasta triplicar sus poblaciones.
Sorprendentemente, las arqueas polares no incorporaron compuestos orgánicos fáciles de degradar, ni CO2 como las algas y las plantas. Por el contrario, estos
microorganismos tienen la capacidad de utilizar urea como fuente de energía, un producto de desecho de multitud de organismos que, aunque ya se sabía que muchos microorganismos eran capaces de degradarla, nunca se había comprobado su relevancia para las arqueas marinas. Además, este descubrimiento en aguas polares, "podría también explicar por qué las arqueas pueden mantener sus abundantes poblaciones en otros ambientes marinos extremos como el océano profundo”, explica Laura Alonso, autora principal del trabajo e investigadora del Instituto Español de Oceanografía en Gijón.