Greenpeace pide a los líderes europeos que den el primer paso hacia un acuerdo climático internacional
La organización teme que la UE siga escudándose en la crisis económica para no asumir compromisos financieros para salvar el clima
La Cumbre Europea que comienza hoy en Bruselas es para Greenpeace una gran oportunidad para mostrar el compromiso de la Unión Europea (UE) en la lucha contra el cambio climático a nivel global. El próximo mes de diciembre debe alcanzarse un acuerdo climático internacional que vinculará tanto a los países desarrollados como a los que están en desarrollo. Para empezar a negociar, es necesario que la UE ofrezca el apoyo financiero preciso para corresponder al esfuerzo que se solicita de los países más pobres en la lucha por el clima.
La organización espera que los líderes europeos muestren su apoyo al establecimiento de nuevos esquemas financieros internacionales que permitan obtener los fondos necesarios para la lucha contra el cambio climático en los países en desarrollo. Este gesto permitiría a estos países recuperar la confianza perdida en la cumbre de Poznan y facilitaría el inicio de unas negociaciones internacionales fructíferas de cara al acuerdo climático global que debe alcanzarse en Copenhague.
Sin embargo, Greenpeace considera que este paso debería ir acompañado de la expresión de las cifras concretas que van a dirigirse a los países en desarrollo para la promoción de energías limpias, a la protección de los bosques y a la adaptación a aquellos efectos del cambio climático que ya son inevitables.
"Las inversiones necesarias para el clima son ridículas en comparación con las que se han destinado al rescate de los bancos. Si llevamos las cantidades al plano doméstico, podríamos decir que nuestros líderes se han puesto de acuerdo para pagarle una gran cena semanal a los bancos pero están dudando cuando se trata de invitar al clima a un café", ha declarado Aida Vila, responsable de la campaña de Cambio Climático y Energía de Greenpeace.
Según Greenpeace, los países industrializados deberían aportar 110.000 millones de euros anuales para 2020, a los que la UE debería contribuir en 35.000 millones y España en 2.700. Estos fondos, exclusivamente públicos, se destinarían a la lucha contra el cambio climático en los países en desarrollo en los siguientes campos:
- 40.000 millones de euros para inversiones en energías limpias.
- 30.000 millones de euros para protección de los bosques.
- 40.000 millones de euros para ayudar a los países en desarrollo a enfrentarse a aquellos efectos del cambio climático que ya son inevitables.
Greenpeace hace un llamamiento a la UE para que no pierda más tiempo y aproveche la cumbre que empieza hoy para establecer un plan concreto de financiación para el clima. La organización considera que el elemento clave en estas negociaciones debe ser la voluntad conjunta de romper con un pasado basado en la dependencia de energías sucias y anticuadas y la apuesta por el futuro prometedor que ofrecen la eficiencia energética y las renovables.
Greenpeace defiende la apuesta por las energías limpias como la opción más favorable tanto a nivel climático como en términos de crisis económica, sobretodo en países líderes en estas tecnologías como España.
"Apoyar la movilización de fondos públicos internacionales para inversiones verdes en los países más pobres significa asegurar el desarrollo de un sector líder en nuestro país como es el de las energías renovables. Por ello, no podemos permitirnos el lujo, a nivel estatal, de dejar pasar esta oportunidad. En España, luchar contra el cambio climático puede ser sinónimo de generar empleo", ha añadido Vila.