Francia ha suprimido los permisos de hidrocarburos en el Mediterráneo. Oceana pide que España haga lo mismo
La apuesta de España por la explotación de petróleo y gas en el mar es totalmente contraria a los objetivos energéticos de la UE para 2030
Oceana solicita al Ejecutivo de Mariano Rajoy que adopte una postura similar a la de Francia, que durante el mandato de Nicolas Sarkozy eliminó todos los permisos para la exploración de petróleo y gas en sus aguas del Mediterráneo. Francia ha pasado de tener casi un millón de hectáreas abiertas a las actividades de búsqueda de hidrocarburos a cero por simple voluntad política, lo que demuestra que España puede hacer lo mismo.
“Pedimos al Gobierno presidido por Mariano Rajoy que, al igual que hizo Nicolas Sarkozy en Francia, rechace todas las perforaciones petrolíferas en el Mediterráneo”, señala Xavier Pastor, director ejecutivo de Oceana en Europa. “El líder conservador francés explicó que no se trata de elegir entre protección del medio ambiente y crecimiento, sino de optar simplemente por un desarrollo sostenible. Estas palabras muestran que explotar hidrocarburos es una decisión política. La única disyuntiva es hacer política a corto plazo o a largo plazo”.
Francia tenía abiertas a la exploración petrolífera un 11,25% de sus aguas mediterráneas, lo que asciende a 996.700 hectáreas. En 2012, el entonces presidente Sarkozy declaró que no aceptaría perforaciones petrolíferas en el Mediterráneo, pues “el Mediterráneo es el corazón de nuestra identidad”. Con esta decisión, dejaba de lado un recurso energético por ser fuente de daños al ecosistema y contaminación.
En una línea parecida, la Unión Europea aprobó hace unas semanas un nuevo plan energético que establecía una disminución de un 40% en las emisiones de gases por parte de combustibles fósiles y un 27% de aumento en el uso de energías renovables para el año 2030.
“España camina en dirección contraria a la Unión Europea. La actitud del ministro José Manuel Soria, dando todo tipo de facilidades a las empresas petroleras, contrasta con la guerra abierta contra las energías renovables, las cuales podrían estar tocadas de muerte con las nuevas decisiones del ministerio. Miles de puestos de trabajos en turismo, pesca y energías limpias podrían verse afectadas por la fiebre del oro negro”, añade Pastor.