Falta de marinos y oficiales en barcos mercantes
No es sólo el sector pesquero el que atraviesa por una crisis de personal. La falta de mano de obra también acucia a la marina mercante, que acusa un déficit de trabajadores cualificados alarmante. El problema ha llegado a Bruselas, que está debatiendo una serie de acciones para hacer atractivo el trabajo en el mar y mejorar la formación de los empleados.
Los ingresos mensuales medios de los titulados náuticos han descendido en torno al 50% en casi toda Europa.
Un estudio de la Unión Europea recoge que, el año pasado, el sector precisaba 13.000 oficiales para cubrir todas las plazas que ofertaban los buques mercantes comunitarios.
El análisis de la Comisión Europea determina que en la disminución de marinos comunitarios a bordo de los buques influyen factores sociológicos y económicos. Ambos aspectos han contribuido a que la navegación no sea atractiva para los jóvenes europeos.
El Ejecutivo ha constatado que, en siete años (1992-1999), los ingresos medios de la gente del mar especializada descendieron un 53% en Alemania, un 51% en Bélgica, un 49% en Holanda, un 26% en Portugal y, según el asesor jurídico del Colegio de Oficiales de la Marina Mercante Española, Santiago Ciriza, «no es descabellado decir que, en España, la disminución ha sido del 60%, aunque no hay estudios al respecto». Ciriza explica que, en cifras absolutas, el salario de un oficial es poco mayor o, incluso, igual al que percibía hace una década.
Mayor carga de trabajo
Pero si en el sueldo ha habido pocos cambios, sí ha variado, y drásticamente, la carga laboral: «El oficial tiene que hacer guardia, la tripulación a su mando es la mínima y el trabajo que antes hacían tres ahora lo realiza una persona», explica Antonio Sánchez, presidente del sindicato español de la marina mercante.
Ante este panorama no es extraño que la gente joven rehúya de las carreras náuticas y, de cursarlas, las emplee para optar a un puesto de trabajo en tierra, ya sea en empresas consignatarias, inspección, transporte...
No pasa inadvertido el problema de las banderas de conveniencia y constata que, ante la competencia de terceros países, los armadores de la UE han decidido reducir sus costes registrando buques en países no comunitarios o segundos registros nacionales y sustituyendo a los marinos europeos por mano de obra barata. Filipinos, coreanos y taiwaneses han suplantado a gallegos y españoles, marinos por tradición.
España acusará el déficit de personal en unos años
Fuentes próximas a la Dirección General de la Marina Mercante apuntaron que, en España, la falta de tripulación no es tan acusada como en otros países de la UE. De todos modos, advierten de que, en el plazo de unos años, ese déficit de personal para completar la tripulación mínima se hará notar también en España. En el caso de los oficiales, ya hay plazas libres. «De máquinas los buscan con lupa», señala Antonio Sánchez, «y de cubierta empiezan a escasear». Menos problemas hay a la hora de suplir los marinos de base. Sirva como ejemplo el caso de los 300 gallegos que la compañía suiza Allseas sustituyó por filipinos.
Según datos del ISM, en diciembre del 2001 figuraban 9.251 personas en el censo de trabajadores de la marina mercante. Además, había 2.189 demandantes de empleo.
La Comisión desiste de promulgar nuevas leyes
La Comisión desiste de promulgar nuevas leyes, pues cree que con velar por la «aplicación correcta de la ley vigente o que está pendiente de adopción» es suficiente. Lo que sí sugiere es una serie de medidas para las que piden la colaboración del sector.
Igualdad de salarios. Postula la necesidad de garantizar condiciones de empleo iguales para los marinos comunitarios y de terceros países, así como mejorar las condiciones de vida y trabajo y el salario.
Promoción de empleo. Propone desarrollar campañas de sensibilización para captar mano de obra juvenil y promover el acceso de las mujeres.
Condiciones laborales. Apuesta por el uso de la tecnología para que la tripulación esté en contacto con sus familiares y una mayor rotación de los trabajadores para que estén más tiempo en su hogar.
Formación. Acercar los planes de los distintos países y concentrar los recursos en un número limitado de centros.