Ensayan una nueva metodología para evaluar el estado de las poblaciones de atún rojo
La presión pesquera en una zona puede afectar a la calidad ambiental de hábitats contiguos. Según un trabajo publicado en PNAS en el que participa el IEO
Un investigador del IEO, junto a científicos suecos, alemanes, daneses, noruegos y letones; han publicado en la prestigiosa revista PNAS un trabajo en el que demuestran la importancia de considerar las conexiones entre ecosistemas a la hora de gestionar los recursos y de evaluar los efectos de los impactos humanos en el medio marino.
Marcos Llope, investigador del Centro Oceanográfico de Cádiz del Instituto Español de Oceanografía (IEO), ha colaborado en un estudio en el que se han analizado como la presión pesquera sobre las poblaciones de bacalao en el Mar Báltico son capaces de modular la calidad ambiental de ecosistemas contiguos como el del golfo de Riga.
Este trabajo, publicado en la revista Proceeding of the National Academy of Science (PNAS), muestra por primera vez como la expansión temporal de un gran depredador como el bacalao, desde su principal área de distribución a un ecosistema contiguo donde no reside habitualmente, actúa como conector de ambos sistemas y provoca efectos importantes en el ecosistema receptor.
En concreto este estudio investiga lo que ocurre en el ecosistema del Mar Báltico en una situación de baja presión pesquera sobre el bacalao. En estas circunstancias, esta especie es capaz de expandir su área de distribución, centrada en el Báltico Central, y afectar al sistema adyacente del golfo de Riga. Esta influencia se traduce en una mejora de la calidad ambiental de este último a través de lo que se conoce como “cascada trófica”: el bacalao, al alimentarse de los pequeños peces pelágicos como el arenque, reduce la presión sobre el zooplancton que será más abundante y por tanto capaz de controlar la biomasa de fitoplancton, que provoca la eutrofización del sistema. Por lo tanto, de forma indirecta se aprecia una mejora en el estado ambiental del sistema receptor de este “excedente” de bacalaos.
El estudio demuestra que los efectos climáticos y antropogénicos en una especie pueden trasladarse a toda la cadena trófica, no sólo en el área de distribución principal del predador sino también en áreas adyacentes.
Este estudio forma parte de una colaboración que el Instituto Español de Oceanografía (IEO) desarrolla con centros de investigación del área de influencia del Báltico, en concreto con el Institute of Marine Research (Swedish University of Agricultural Sciences), el Baltic Nest Institute (Stockholm Resilience Centre) y el Centre for Ecological and Evolutionary Synthesis (Universidad de Oslo), entre otros. Este trabajo se enmarca en los trabajos llevados a cabo dentro del proyecto EcoScenarios, financiado por el Eur-Oceans Consortium.