El IEO recupera una plataforma científica fondeada en un cañón submarino a 860 metros de profundidad
Las operaciones se realizaron con el ROV Liropus 2000 durante la reciente campaña INDEMARES-AVILÉS 0412 a bordo del buque de investigación Ramón Margalef
El Instituto Español de Oceanografía (IEO) ha recuperado con éxito una plataforma científica submarina, denominada lander, que estuvo fondeada durante un año a 860 metros de profundidad en el cañón de Avilés, donde ha estudiado los procesos físicos que provocan la resuspensión del sedimento a esas profundidades, procesos que podrían explicar la proliferación en esta zona de arrecifes de corales de aguas frías.
Uno de los principales desafíos científicos planteados por el IEO en el proyecto INDEMARES-AVILES es la identificación de las características ambientales que hacen posible la existencia de arrecifes de corales aguas frías en determinadas zonas del conjunto de cañones submarinos del denominado complejo Avilés.
Particularmente importantes son los procesos físicos que generan resuspensión de los sedimentos del fondo e incrementan la producción en el ecosistema bentónico. Estos procesos ocurren con mucha violencia y en intervalos de tiempo muy cortos en relación con fases específicas de la propagación de la marea y con el campo de ondas internas que forman frentes o bores. Recientes teorías intentan demostrar que la presencia de arrecifes de corales de aguas frías en la fachada Atlántica depende de estos mecanismos.
En el contexto del proyecto INDEMARES la confirmación de la presencia de estos procesos permitiría no solo demostrar esta teoría a nivel científico sino utilizar esta información en caracterizar las variables ambientales que condicionan la presencia de los arrecifes y aplicar sus resultados en los modelos predictivos para la cartografía en detalle de estos hábitats, imprescindibles para poder proporcionar la información necesaria para el establecimiento de las medidas de gestión en las Áreas Marinas Protegidas.
En este sentido el equipo de investigación de este proyecto diseñó un sistema integrado de sensores remotos instalados en una plataforma submarina para ser fondeada en los ejes de los cañones y poder recopilar la información necesaria para caracterizar estos procesos físicos. Estas
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plataformas se denominan landers. Este en concreto dispone de un correntómetro para la medición precisa de corrientes próximas al fondo, un ADCP destinado a medir, decenas de metros sobre el fondo, la estructura del campo de velocidades así como el contenido de partículas en suspensión. Además incluye una cadena de 12 sensores de temperatura de alta precisión para determinar la existencia de inversiones térmicas que se pueden relacionar con estos procesos que generan resuspensión.
El lander también esta dotado de una cámara de fotos digital y de un flash electrónico que disparan de forma automática en intervalos de un minuto. Gracias a un sistema de cebo se atraen a las especies móviles que caracterizan estos fondos y se estudia así a los habitantes del arrecife de coral.
Combinando estas observaciones con las variables ambientales recogidas con los sistemas anteriormente citados, se puede obtener valiosa información sobre como afectan al comportamiento trófico de las especies presentes en las imágenes.
Recuperando el lander
Después de dos exitosas inmersiones de esta plataforma científica en el conjunto de cañones submarinos de Avilés, no pudo ser extraída de su tercer emplazamiento, en el denominado Cañón de La Gaviera. Por ello una de las misiones encomendadas al ROV Liropus 2000 durante la reciente campaña INDEMARES-AVILÉS 0412 a bordo del Ramón Margalef, fue recuperar el lander. Se diseñó con todo detalle esta compleja operación y se plantearon los diferentes posibles escenarios a los que enfrentarse, preparando los medios necesarios a bordo para intentar recuperar esta valiosa plataforma científica.
Se localizó con el sonar del Liropus 2000 el lander a 860 metros de profundidad y se procedió a su recuperación según el protocolo previamente establecido, resultando todo un éxito para el equipo implicado y que marca un hito para el IEO en la realización de operaciones complejas de recuperación de equipos en aguas profundas.
Una vez a bordo se pudo comprobar que todos los sistemas de instrumentos estaban en buen estado y que habían superado la dura prueba de permanecer durante un año en aguas profundas con fuerte dinámica oceanográfica, cuando en el diseño experimental solo iban a estar 26 horas. Hasta el agotamiento de sus baterías y/o memorias internas todos los instrumentos estuvieron tomando datos de alta frecuencia (en algunos casos hasta tres meses) por lo que la información obtenida por el lander resulta ser mucho más valiosa de lo previsto.
Con esta operación se pone de manifiesto que el IEO puede abordar nuevos desafíos científicos y técnicos gracias al nuevo equipamiento disponible, como modernos barcos oceanográficos y robots submarinos, y se puede plantear el fondeo y recuperación de diversos tipos de plataformas científicas en aguas profundas.
La expedición científica estuvo encabezada por Francisco Sánchez, investigador del Centro Oceanográfico de Santander del IEO.