Cairn efectuará medio millón de cañonazos en los sondeos sísmicos entre Baleares y Valencia
Sumando las actividades de Spectrum en la zona, la contaminación acústica abarcará 20 millones de hectáreas y dañará a decenas de miles de cetáceos
El estudio de Cairn no evalúa el impacto sobre la pesca en el Golfo de Valencia, un área de importancia para atún rojo, merluza, gamba roja, sardina y anchoa
Oceana calcula que Cairn emitirá entre 518.400 y 645.000 explosiones de elevada intensidad en los sondeos sísmicos que prevé realizar entre Baleares y Valencia. La organización internacional de conservación marina ha presentado alegaciones al proyecto con información detallada de los hábitats y especies que se verán afectados, datos inexistentes en el estudio de impacto ambiental de Cairn.
“El estudio de impacto ambiental de Cairn está lejos de ser tal cosa. La compañía indica que los trabajos afectarán a los ecosistemas entre 200 y 1.350 metros de profundidad, pero en más de 800 páginas no hay ni una referencia a ellos. Incluso se afirma que la zona no comprende hábitats protegidos por la Directiva Hábitats, aunque la presencia de arrecifes es conocida e incluso se ha encontrado la primera agregación de esponjas piedra del Mediterráneo”, señala Ricardo Aguilar, director de investigación de Oceana en Europa.
A esto hay que añadir la existencia de unas 180 especies protegidas en el Golfo de Valencia, medio centenar de ellas incluidas en la Lista Roja de la Unión para la Conservación de la Naturaleza. Así, por ejemplo, las adquisiciones sísmicas se localizan en el pasillo migratorio que usan los cetáceos para ir al santuario de Pelagos y afectan de lleno al rorcual común, una especie en peligro de extinción.
Los estudios se realizarán a lo largo de 75 días entre 2014 y 2015, y emitirán sonidos cada 10 segundos, con un alcance de hasta 30 kilómetros. Estos sondeos sísmicos alcanzarán los 259 dB, un volumen sónico que es un millón de veces superior a lo necesario para causar lesiones irreversibles en la audición. Ello afectará a decenas de miles de cetáceos, provocará roturas de conchas, huevos y larvas, y ahuyentará a muchos peces.
Por ello, los daños serán no solo ecológicos, sino también económicos. El área es lugar de concentración de larvas y juveniles de atún rojo y está reconocida como hábitat esencial para la merluza, la sardina y la anchoa, además de albergar dos de los principales caladeros del Mediterráneo de gamba roja.
“Si se añade el proyecto de Cairn al de Spectrum, 20 millones de hectáreas de esta región del Mediterráneo se convertirán en una trampa que puede ser mortal para miles de organismos marinos. Y no hay que olvidar que estos trabajos serán la antesala de otros con grave impacto ambiental, como las perforaciones y el transporte de crudo. Es cuestión de tiempo que se produzcan accidentes y vertidos”, concluye Aguilar.