Lo interesante de la Isla Coelleira. Ornotología, submarinismo y paisaje
Entre la fauna que puebla el paraje natural de la Isla Coelleira, además de los conejos que le dieron el nombre, hay que destacar su gran interés ornitológico.
Situada a caballo entre la salida de la ría de O Barqueiro, y el frontal que la separa del la Ría de Viveiro, esta, la mayor de las islas de Lugo y también de las islas cantábricas de Galicia (28 hectáreas de superficie), forma de trapecio irregular, más de un kilómetro de largo, 82 metros de altitud , sin asentamientos de población, coronada por un faro, circundada por los pequeños islotes de Cabaliño, Percebosa y Carabelas, con sus roquedales golpeados por la mar y lejos de la salinidad cubierta de hierbas, antiguamente bastión de los templarios y reserva de conejos, es hoy un referente ornitológico con más de 15000 nidos censados de 25 especies de aves diferentes, entre las que figuran las gaviotas claras, cormoranes, cuervos marinos y el arao común y y es zona de paso de aves migratorias que cruzan los cielos desde Islandia o Groenlandia en fin desde el norte, en dirección a África.
No hay en la isla ningún tipo de infraestructura de movilidad, si bien, es posible alcanzarla, vía marítima, atracando en el Portiño, al sudoeste desde donde parte una senda bien visible hasta el edificio del faro.
La isla se incluye en el ambiente climático Cálido y Seco caracterizado por temperaturas medias anuales superiores a 15ºC y una amplitud térmica que se sitúa entre 12,5ºC y 13,5ºC. Las precipitaciones acumuladas a lo largo del año oscilan entre un mínimo de 800mm y un máximo de 1000mm.
Breve historia de la isla:
Existió en la antigüedad el monasterio de San Miguel de Quonicularia (actual Coelleira), fundado según fuentes a principios del s.V por el Obispo Consencio.
Otros historiadores apuntan que se fundó en el reinado de Leovigildo (573-586) durante la persecución contra los cristianos.
Sin carácter monumental, carecía de toda suntuosidad, sus monjes se trasladaban a la villa de Viveiro en barcas de cuero para decir misa.
Posteriormente, caballeros templarios habitaron la Cunicularia hasta su desalojo en el siglo XIV tras la llegada de esta orden militar y religiosa, fundada en el s.XII por Hugo de Payens, para defender a los peregrinos de los Santos Lugares, pudo deberse a la persecución que sufrió la orden por parte del monarca francés, Felipe el Hermoso.
También se ignora el motivo de desaparición del monasterio años después, aunque García Dóriga cuenta que una noche se oyó tocar a rebato la campana del monasterio y varios verdugos comenzaron a degollar a los monjes.
Hay una leyenda que cuenta que de esta matanza se salvó uno de ellos que, vestido de paisano, se albergó en una casa de Vicedo cerca de la playa de Xilloi y que aún hoy se conoce como Casa do Paisano.
Posteriormente, el monasterio muy posiblemente en ruinas, quedaría adscrito al de Mondoñedo y más tarde aún, la isla fue objeto de varios arrendamientos e incluso fue ocupada por los balleneros que la utilizaron como lugar de avistamiento de cetáceos. En el siglo XIX la isla fue desamortizada pasando a propiedad de la Armada Española para la instalación del faro.
Sus fondos marinos son espectaculares..., quizás para algunos el agua algo fría, pero independientemente del valor natural, se encuentran pequeños tesoros, algunos vinculados a la historia isleña, otros de la navegación. En el entorno de la Illa Coelleira, se pueden ver restos de las piedras que pudieron formar parte de los muros del antiguo convento. Y entre las piedras, los restos de un pecio, el del vapor sueco "Lascona" hundido en 1940. Ni que decir tiene la inmensa vida de estos mares. Fauna marina cuyo inventario nos llevaría lo indecible. Desde centollas y pulpos a muchas clases de peces viviendo entre laminarias.
Este paraiso de submarinistas, aún tienen más motivo de visita, en sus proximidades el Centro de Actividades subacuáticas de Viveiro ha fondeado a, 22 m un viejo pesquero para crear un biotopo marino.
Otro principal valor que atesora la isla es, sin lugar a dudas, su representatividad geográfica como elemento destacado entre las rías de Viveiro y O Vicedo y muy significativo en el conjunto de la costa. Es, a su vez, un importante hito paisajístico visible desde la occidental Estaca de Bares hasta la Punta de Roncadoiro al oriente y por ello ha sido considerada como un Espacio de Interés Paisajístico.
Todos estos valores isleños han sido reconocidos oficialmente mediante la inclusión de la isla y todo su ámbito circundante, en la ZEPA, LIC y ZEPVN de la Costa da Mariña Occidental según la Directiva Hábitat y red gallega de espacios protegidos. Debido a las dificultades de acceso, si no se posee una embarcación, se recomienda su observación desde el punto más cercano a ella, la Punta do Embarcadoiro en la unidad de Vixía do Vicedo, a tan solo 500 metros de distancia.