A Pobra do Caramiñal. Al pie del gran mirador de A Curota
Habitantes: 9.858. Extensión: 32 Km2
Cuanto se puede comentar de una Villa que iluminó la cabeza de Valle Inclán para escribir las aventuras del Marqués de Bradomin, que mantiene la tradición del "Nazareno", (procesión de las mortajas), o los gigantes y papamoscas de "O Carme dos Pincheiros", que goza al estasiarse ante la magnitud del paisaje que nos ofrece "La Curota" y con una tradición conservera que vive del puro mar. A Pobra, al fondo de su ensenada nos ofrece mucho de la esencia arousana, una perfecta estadía en su puerto deportivo y un pueblo alegre y dinámico que nunca defrauda.
Toda la comarca de Barbanza estuvo densamente poblada en épocas prehistóricas, dan fe de ello los restos y vestigios que se han descubierto.
En A Pobra a título de muestra citamos las mámoas localizadas en torno a la Cruz de Moldes, donde arranca la subida a A Curota, las de la parroquia de Lesón y los castros de Cabío y Postmarcos.
La calzada romana Per Loca Marítima atravesaba Barbanza y tal vez a ella pertenecía el puente romano de Misarela, que se conserva sobre el río Pedras.
En la Edad Media el arciprestazgo de Postmarcos, nombre de una de las actuales parroquias del municipio, se documenta entre los representados en el concilio de Lugo convocado por Teodomiro a mediados del s. VI.
Fueron los tiempos que siguieron poco favorables para la población de la zona, debido a los continuos ataques de Normandos y Vikingos, hasta que en el XV comenzaron a formarse agrupaciones de pescadores.
Así fue surgiendo una población que bajo el auspicio de la Sede Compostelana gobernaba un deán.
En un documento del s.XV aparece el nombre de uno de esos deanes, Guillén Beltrán, que gobernaba desde un castillo.
Existía muy cerca otro núcleo de población sobre el que ejercía señorío y jurisdicción la familia de Xunqueiras. Gómez Pérez das Mariñas, de este linaje, concedió en 1554 al poblado que rodeaba la Torre de Xunqueiras el título de villa con el nombre de Caramiñal.
El topónimo viene de la camariña, planta que abundaba entonces.
La fusión de A Pobra de Santiago do Deán con el pueblo del Caramiñal es la base de la villa actual.
Entre sus monumentos artísticos cabe destacar las iglesias de Santiago, con un cruceiro en el atrio y una mezcla de estilos aunque predomina el gótico del s. XV.
La capilla de Alba, la Casa Grande de Aguiar o de Díaz de Rábago. El templo de Santa María (s. XVI-XVII), el monumento a Valle Inclán, los pazos y las torres.
Es obligatorio subir al monte de A Curota, la mejor atalaya sobre la ría de Arousa.
Y que más refrescante que un baño en las pozas y cascadas del río Piedras, que baja del Barbanza a tributar en el ªConcello de A Pobra.
La economía está basada en actividades agrícola y ganadera, pero sobre todo pesca, artesanía e industria alimentaria y turismo.
En septiembre se celebra durante cuatro días acabando el tercer domingo de septiembrela la procesión das Mortallas. O Nazareno- Un largo desfile de ataúdes forma el cortejo que recorre las principales calles de la villa, y detrás de cada uno, en silencio, caminan los ofrecidos, vestidos con un mortaja morada, que fueron rescatados en las puertas de la muerte por intercesión del Nazareno al que invocaron. Fiesta declarada de Interés Turístico.
El Curro das Canizadas en el mes de julio, una réplica da “rapa das bestas” que tiene lugar en los montes del Barbanza.
La tercera semana de agaosto se celebra O Carme dos Pincheiros, la procesión de la Virgen la acompaña un desfile de gigantes o papamoscas y una comparsa de cabezudos con banda de música. Se sueltan pequeños globos aerostáticos de papel y la fiesta concluye con un famoso castillo de fuegos artificiales.
Al ser un puerto pesquero es natural que el plato más abundante en los restaurantes y tabernas de la zona sea el pescado. Por otra parte existen buenos mariscos y vinos.