EL CUENTO DE LA LECHERA VERSIÓN SANTANDER MUNDIAL 2014
Publicado en MASMAR el 07 diciembre 2013
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EL CUENTO DE LA LECHERA VERSIÓN SANTANDER MUNDIAL 2014.
Todo el mundo conoce el famoso cuento de la Lechera, el que en el siglo IV antes de Cristo ya contaba Esopo en sus famosas fabulas. Todos los que le conocemos sabemos como acaba.
A las nuevas generaciones que ahora conocen a Sreck y a Bob Esponja, les recomiendo que se le lean, pues la moraleja que trasmite el cuento de la Lechera no tiene desperdicio.
Pues bien, en mi deporte, el de la Vela, también tenemos nuestro particular cuento de la Lechera, en el que como es lógico, el protagonista no es la simpática ordeñadora que va a vender la producción de sus rebaños a la ciudad.
El de nuestro cuento desde luego no es tan agraciado como aquella, sino que es un personaje más complicado, su leche, no es más ni menos que un Mundial de Vela de 13 millones de € de presupuesto, 12.000 € de mantenimiento de su pagina web, 4,3 millones de € para la ampliación del CEAR con una nave de diseño, 120.000 € de sueldo blindado para la dirección del Mundial. (http://www.ondacero.es/audiosonline/emisoras/cantabria/oonda-deportiva/onda-deportiva-cantabria-jose-rodriguez-caja-mundial-esta-vacia_2013120400138.html ), y además sin ser fruto de su trabajo, sino que lo podía logra de la ISAF con motivo de su cargo.
El personaje de nuestro cuento no es otro que un Ex Presidente de la RFEV, el que viendo que su puesto se terminaba inexorablemente por mandato estatutario meditó sobre la posibilidad de continuar con las prebendas de un cargo remunerado dentro del mundo de la Vela, por lo que viendo la opción de seguir con el "chollo" finalizado su mandato, caviló sobre el solicitar un " Mundial de Vela a celebrar en su ciudad natal", y tras pensarlo, en una época de crisis galopante, solicitó de la Internacional la concesión del evento para 2014, que visto lo que luego ha sucedido en el Juzgado de lo Social (el tiempo suele poner a cada uno en su sitio) era para colocarse en el puesto de director del mismo.
Como en el cuento original, percibió que podía llevar sobre su cabeza una “jarra” que contenía algo mejor que leche, y que podría vender magníficamente en el mercado público.
En este cuento el mercado era su ciudad natal, y con este bagaje, ni corto ni perezoso se dirigió a ella para vender el producto que le generaría, como a la lechera de la fabula de Esopo unas ganancias inmejorables. En el camino, -ahora es cuando el cuento se aleja de su contenido original, entran en él otros protagonistas-. Se pone en contacto con los responsables políticos de su Comunidad Autónoma y Ayuntamiento para venderles su idea. Estos, viendo lo que llevaba en la cabeza la Lechera de este cuento, creen que la “Jarra” contiene cosas que les vienen de perlas para sus “proyectos”, por lo que firman un convenio de manera que el contenido que llevaba la Lechera de nuestro cuento sobre su cabeza lo pasan ahora a llevar los 4 firmantes del mismo, que esperan que sus ilusiones, se les convierta en realidad.
Si ya es difícil el llevar la “Jarra” que produciría tantos beneficios en una sola cabeza, llevarla encima de la de los cuatro es dificilísimo, casi imposible, digamos en términos náuticos que la altura metacéntrica es 0.
Estos, ni cortos ni perezosos, para vender el contenido de su “Jarra”, y con una rapidez que en el mejor de los casos en el país donde se desarrolla el cuento, es completamente desconocida, los socios de nuestra Lechera comienzan a realizar obras innecesarias que conllevan gastos millonarios, para con ellas adornar aun más el contenido que les acaba de proporcionar el protagonista del cuento y en un tiempo récord licitan unas obras que incomprensiblemente les solicito, "con sus cantos de sirena", como imprescindibles para poder vender lo que trasporta en su cabeza, obras que dicho sea de paso no sirven para nada; convirtiéndose el protagonista principal de la fabula en además de Lechera, en Promotora-Constructora; por ello modifico (http://www.rfev.es/?page_id=10612) , cuando no lo podía hacer, por tres veces el pliego de condiciones de licitación para allanar el camino a una constructora de su ciudad.
Al mismo tiempo los socios acuerdan remodelar el camino por donde nuestra Lechera desea transitar en su ciudad natal. Para llevar a cabo el proyecto que como la Lechera del cuento quieren vender, los ahora socios acuerdan crear un Consorcio que les producirá los elementos financieros necesarios para el buen fin de la venta del contenido que trasportan entre todos sobre su cabeza.
Pero como sucedió en el cuento original, estos tropezaron con un escollo, su altura metacéntrica 0 provocó el vuelco" en este caso insalvable, ya que nunca se llego a realizar el Consorcio previsto para la financiación de lo que pretendían vender. Por ello uno de los socios que formaban el tándem de “Lecheros” no pudo obtener la financiación que le correspondía en el convenio firmado con los demás al no realizarse la quimera que aportaba sobre los permisos de obras a ejecutar en su ciudad y tuvo que poner el dinero de su propio bolsillo, - mejor dicho de los ciudadanos de la misma- ; además otra de las cabezas que trasportaba la “Jarra” sin justificación alguna tiro directamente esta, desmarcándose de la misma, y de los compromisos adquiridos ante los otros socios que también la trasportaban, dejándoles como vulgarmente se dice “con el culo al aire”.
En este nuevo cuento de la Lechera, versión Mundial de Vela, la “Jarra” que contiene la magnífica mercancía, tras estos escollos solamente contiene en su interior la esencia del Mundial, pues se han desvanecido de él la parte más esencial del mismo, la sustentación económica del proyecto, la que tenían que aportar los socios de nuestro protagonista.
En una autonomía con grandes dificultades económicas entre sus ciudadanos, con un hospital que lleva años sin terminar, con un paro que sigue subiendo, y con ciudades como Torrelavega al borde del colapso, el Gobierno de la Región sigue consignado en sus presupuestos la parte que acordó aportar cuando se apunto al contenido de la “Jarra”. Por su parte el Ayuntamiento que desde el principio dijo que defendería el contenido de esta con "uñas y dientes", también ha consignado en sus presupuestos la aportación prometida a pesar de no sacar esta de la operación de los permisos de obra de la hipotética operación del frente marítimo; si bien este último año su aportación ha tenido que ser financiada ,(junto con otras partidas), para poder asumir su pago, por lo que tendrá que poner más dinero de lo acordado para hacerse cargo de su compromiso.
La otra cabeza portadora desde hace muchos meses ya no cuenta, ni aporta nada a sus antiguos compañeros.
Por último a la propia Lechera, la que si pone el circo le crecen los enanos, en su camino como principal protagonista del cuento le aparece el pago de un canon(1450000E http://videoteca.aytosantander.es/1/section.aspx/viewvideo/71) que de ninguna manera puede asumirlo por sí misma.
El final del verdadero cuento de la lechera todos le conocemos. En el nuestro, al final, la Lechera que le comenzó está siendo investigada por la Fiscalía de su ciudad (Diario Montañés del 12.10.2013), su sustituto al frente de la RFEV aunque sigue manteniendo en su cabeza una “Jarra” que no era suya, ya no sabe que contiene, ni como quitársela de encima, esperando que alguien la resuelva su problema. Desgraciadamente en el final de este cuento de la Lechera versión Mundial 2014 entran, sin quererlo, unos nuevos protagonistas, los ciudadanos de Santander y Cantabria a los que además el contenido de la “Jarra” les trae al fresco, y que serán los que paguen con sus impuestos los gastos de la leche vertida lo que se aparta completamente de cualquier moraleja. Que cada lector puede secar la que crea más conveniente, aunque lo que queda meridianamente claro en este cuento es que esta caída de lo que la Lechera llevaba en su cabeza convierte a los ciudadanos en los paganos forzosos de sus deseos.
J.F.M.J.