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Urdaibai, "una organización delictiva". El club de remo buscaba "un médico valiente" y que puso "todas las trabas posibles" a la labor policial

Agentes encargados de la investigación por presunto dopaje en el club de remo de Urdaibai en 2010 han explicado que, en las conversaciones telefónicas intervenidas a varios de los implicados, se utilizaban "códigos" propios de "una organización delictiva" y se aseguraba que buscaban "un médico valiente". Asimismo, han relatado que "desde el minuto uno" el club intentó poner "todas las trabas posibles".

El juicio que sigue el Juzgado de lo Penal número 1 de Bilbao celebró ayer su tercera jornada.

En total, están acusadas diez personas, entre ellas, el expresidente del club de remo Josu Zabalondo, el exentrenador José Manuel Francisco, el exmédico del club B.G.M., y la enfermera A.O.A., así como el doctor en medicina deportiva y profesor universitario Marcos Mainar. También están acusadas dos farmacéuticas, el exciclista Antonio Arenas y su esposa, y la esposa del expreparador.

A la sesión de ayer se ha acercado también José Luis Korta, personado como acusación particular, que, en declaraciones posteriores a los medios, ha esperado que "se haga justicia y, por el bien del remo y por la salud de los deportistas, que se aclare"."Aquí ni gano ni pierdo. Si esto sale como tiene que salir, gana la salud de los deportistas. Estamos luchando por eso", insistió el entrenador, que ha destacado que en la trainera de Bermeo "pasaron de un Seat 600 a un Ferrari".

Entre los testigos que prestaron declaración en la tercera sesión se encontraban varios de los agentes que realizaron la investigación solicitada por la Fiscalía para determinar si había existido alguna práctica de dopaje en la Bandera de La Concha del año 2010.

Según han relatado, para ello, se abrieron varias líneas de investigación en las que se detectó que el club había recibido en agosto dos paquetes desde Córdoba --uno de ellos con el entonces presidente como destinatario y el otro con destino a la sucursal bancaria donde trabajaba-- "en concordancia" con dos pagos realizados en fechas próximas por un importe de 2.400 euros.
La remitente era una identidad ficticia que, según se pudo comprobar posteriormente, correspondía a T.M., la esposa del excliclista Arenas, que ya reconoció en la primera sesión del juicio que había remitido al club vizcaíno tres paquetes, uno de los cuales se perdió, que contenían EPO y Aranex, tras recibir un encargo de parte de Marcos Mainar.

La investigación permitió detectar dos pagos en agosto y septiembre a un número de cuenta de la esposa de Marcos Mainar, así como dos envíos desde Cáceres desde la Universidad de Extremadura, donde es profesor, y desde la farmacia de una de las acusadas en el proceso.

Según han indicado los agentes, la farmacéutica M.R., que declaró que envió el paquete a Bermeo por petición del médico, les proporcionó un listado de productos suministrados a Mainar, entre ellos "dopantes", y unos albaranes, entre los que figuraban 23 jeringuillas de insulina. También llamó la atención de los investigadores, en las averiguaciones sobre las compras del club, la adquisición de "una barbaridad de Venofix, las mariposas que se compran para tomar vías".

Por otro lado, las intervenciones telefónicas realizadas a los principales investigados permitieron detectar que usaban "en todo momento un código que normalmente utiliza una organización delictiva".

En este sentido, "en muchas ocasiones" solicitaban líneas de teléfono o faxes "seguros" y, además, se enviaban mensajes mediante un mismo correo electrónico compartido en el que "dejaban las conversaciones escritas en borrador".

Los agentes han explicado también que existía "muchísima" actividad telefónica entre Mainar y el técnico gallego Francisco, mientras que la que mantenía el preparador con el médico oficial del club era "escasísima".

En una de esas llamadas, han relatado, Mainar intenta "tranquilizar" al exentrenador "comentándole que la policía tampoco sabía lo que había en el interior de las cajas".