Océana pide para Baleares una actividad pesquera sostenible
La Agencia Europea de Medio Ambiente destaca en su último informe que el Mar Balear es la cuarta región de Europa con mayor proporción de recursos pesqueros sobreexplotados
Oceana señala que es urgente apostar por la pesca artesanal en detrimento de la industrial y crear una red de áreas marinas protegidas
Oceana reclama un cambio en la gestión pesquera de las islas Baleares hacia una actividad más sostenible tras la publicación del último informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente[1] (EEA, en sus siglas en inglés). En él se señala que el Mar Balear ocupa el cuarto puesto por lo que hace a la proporción de recursos pesqueros que se encuentran sobreexplotados, y solamente el Mar Adriático, el Egeo y el Golfo de León están en peor estado.
La pesca industrial, con su capacidad extractiva desmesurada, sistemas de pesca agresivos y poco selectivos, es la causa principal de este alarmante estado. Las islas Baleares, a pesar de caracterizarse por una pesca de artes menores, también cuentan con una flota importante de pesca de arrastre: 50 embarcaciones, que se encuentra principalmente en la isla de Mallorca. Este tipo de pesca consiste en arrastrar unas redes por el fondo marino con la ayuda de unas pesadas puertas y cadenas, con lo que captura todo aquello que se encuentra en su camino.
Esto genera un elevado impacto ambiental, tanto por lo que hace a la destrucción de hábitats marinos como por el elevado número de capturas adyacentes que, como normalmente no suelen ser comercialmente rentables, la mayoría se vuelven a tirar al mar ya muertas. A la flota balear de arrastre se le suman 40 embarcaciones más provenientes de la Península que están autorizadas para faenar en aguas de Ibiza y Formentera, lo que da lugar a una elevada presión pesquera en la zona.
Según la Comisión General de Pesca del Mediterráneo (GFCM), todas las especies objetivo de la pesca de arrastre que se han evaluado en el año 2010 en el Mar Balear se encuentran en estado de sobreexplotación. Estas especies son: la merluza (Merlucccius merluccius), el salmonete de roca (Mullus surmuletus), el salmonete de fango (Mullus barbatus), la cigala (Nephrops norvegicus), la gamba roja (Aristeus antennatus) y la gamba blanca (Parapenaeus longirostris)[2].
Por otra parte, especies objetivo de otras artes de pesca industriales como son la sardina (Sardina pilchardus) y el boquerón (Engraulis encrasicholus), el pez espada (Xiphias gladius) y el atún rojo (Thunnus thynnus), objetivo de la pesca de cerco y el palangre de superficie respectivamente, se encuentran también sobreexplotadas, según el citado informe de la EEA.
“Todos estos datos ponen de relieve la importancia de hacer un cambio en el modelo pesquero actual de las Baleares”, afirma Xavier Pastor, director ejecutivo de Oceana. “Debemos apostar por una pesca más sostenible, que genere el mínimo impacto posible en los ecosistemas marinos y no capture más de lo que las diferentes poblaciones explotadas puedan soportar, es decir, que no comprometa su capacidad de recuperación”.
Oceana considera que se deberían restringir la pesca de arrastre a zonas muy concretas donde su impacto sea el menor posible, y se regule de forma más estricta el palangre de superficie y el cerco. Por otra parte, Oceana se muestra a favor de la promoción de la pesca artesanal tradicional de las islas Baleares, ya que produce muchos menos impactos negativos que la pesca industrial, genera más puestos de trabajo y es más eficiente energéticamente.
La creación de una red de áreas marinas protegidas que asegure la protección de zonas esenciales para la supervivencia de las especies explotadas es otra medida eficaz para asegurar el futuro del Mar Balear. “Baleares es la comunidad autónoma con más áreas marinas protegidas del estado actualmente”, señala Pastor. “Sin embargo, la mayoría de estas áreas se encuentran en zonas costeras, lo que no resulta suficiente para asegurar la conservación de todas las especies explotadas. Necesitan protección urgente ecosistemas de alto valor ecológico que se encuentran en alta mar, como son las montañas y los cañones submarinos, y también áreas de reproducción de grandes pelágicos, como el sur del las Baleares, esencial para el atún rojo”.
Finalmente, Oceana resalta que aunque la pesca recreativa no es objeto del análisis de la EEA, su actividad se añade a los problemas causados en las islas Baleares por la pesca profesional. Se estima que a las capturas de esta última se tienen que añadir un 25% más proveniente de la pesca recreativa. En muchos casos, esta se lleva a cabo de forma ilegal y las capturas se comercializan a través de los restaurantes.